El grupo Croquiseros Bahía Blanca trabaja en un proyecto de relevamiento de edificios históricos y espacios públicos, brindando la posibilidad de que aficionados y aficionadas al dibujo participen de sus encuentros y compartan un espacio de expresión.

El grupo surgió por una tendencia Urban Sketches, una comunidad global de personas que desde el año 2006 se dedican a la práctica del dibujo en la ubicación, y compartir sus libretas. Con el arquitecto Guillermo Allerborn en la coordinación, la organización local ha visitado diferentes puntos de la ciudad.

“Mi profesión hizo que me gustara el dibujo, en principio, ya que me acostumbré a salir a dibujar a la calle para hacer todo lo que era relevamientos para proyectos, e investigación de los sitios. En esa época uno dibujaba a mano, con papel y lápiz como únicas herramientas. Así le tomamos la mano y observar, que es lo que hacemos los croquiseros”, contó Allerborn.

Además, remarcó el hecho de que “hay una diferencia entre observar y mirar. Uno vive mirando, pero observar hay una acción de detenerse, prestar atención. Cuando te transformas en croquisero, hay algo sorprendente, de empezar a recorrer la ciudad y encontrar cosas que antes no veías. Sobre todo, de los edificios de otra época, que son neoclásicos o de arquitectura de tiempos atrás, históricos, patrimoniales, que tienen una forma de construcción que se perdió, pero que esta buenísimo rescatarlo”.

Una pasión compartida

En diálogo con la Cooperativa de Trabajo Ecomedios, el coordinador del grupo explicó que no es necesario ser profesional para sumarse a los encuentros: “Somos gente que nos gusta dibujar, que lo hacemos en vivo, y en comunidad. Sentarse al lado de alguien que dibuja, es motivador. Ves la tremenda variedad de formas de hacerlo, con la mano se expresan las miradas, cosas que son muy propias”.

Croquiseros Bahía Blanca actualmente cuenta con un grupo de WhatsApp en el que hay alrededor de cincuenta personas, siendo entre quince y veinte quienes participan con más frecuencia. Además, en cada encuentro se suma gente nueva, o amistades que buscan compartir ese espacio y reconectar con el arte.

“Todos alguna vez dibujamos, desde jardín de infantes dibujar es mostrar lo que somos. En la primaria esa idea se pierde y empieza la lecto escritura, pero dentro de cada uno de nosotros hay un niño que el algún momento tomó un fibrón y le rayó el sillón a la abuela”, afirmó, y remarcó la importancia de que “el tema es volver a encontrarse con eso que fuimos. También tiene que ver con meterse dentro de uno mismo, es una actividad propia que se puede hacer en compañía de otros, pero que te transporta a un lugar parecido a la meditación”.

En ese sentido, Allerborn aseguró que el fin del grupo no es enseñar técnicas ni cómo dibujar, sino que “proponemos a la gente que nos sorprenda”.

La mirada en la Avenida Alem

Gracias a un proyecto presentado en el área de Extensión de la Universidad Nacional del Sur (UNS), el grupo está trabajando en recuperar la memoria de los edificios históricos que hay en la Avenida Alem, desde el Teatro Municipal, hasta la Universidad.

“Esa calle ha cambiado mucho, se han construido muchos edificios y demolido otros muy importantes, de los cuales hay registro fotográfico. También tiene que ver con el turismo, con los circuitos de reconocimiento de la ciudad. Acá tenemos muchos lugares históricos, hay una Bahía muy interesante para descubrir, que en general no tiene mucha publicidad, y con nuestra actividad intentamos que se ponga en valor”, indicó.

Además de los edificios, las personas que componen el grupo tienen la posibilidad de dibujar los diferentes elementos que componen la ciudad, como las personas, árboles, equipamientos urbanos y autos: “Todo lo que hace a la atmósfera y nos hace ver que no solo somos edificios, sino que hay una vida que nos complementa”.

Para más información sobre Croquiseros Bahía Blanca y sus próximas salidas, están disponibles sus redes sociales.