La producción de alimentos en Bahía Blanca y la zona
productores

Durante la II Jornada de Experiencias de la Economía Social y Solidaria, organizada por el Departamento de Economía de la Universidad Nacional del Sur (UNS), se expusieron proyectos relacionados a la producción familiar de diferentes alimentos.

La charla, a cargo del referente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y del Programa Cambio Rural, Pablo García, se abordó ‘La Agricultura Familiar en el periurbano de Bahía Blanca: Experiencias y rol en el abastecimiento de alimentos’.

Primeramente, se enumeraron los grupos con los que las y los trabajadores del INTA se acercaron para ofrecer herramientas que permitan acompañar en las problemáticas de la producción y el consumo. De esta manera, la agrupación fomenta que estas personas alcancen objetivos y metas de desarrollo.

El grupo de Productores Hortícolas de Sauce Chico y Colonia la Merced abarca al partido de Bahía Blanca, parte de Villarino, y la zona de quintas de General Daniel Cerri: “Son productores que hace muchos años trabajan la tierra, familias que heredan ese trabajo, y han tenido mucha invisibilización en termino de comercialización, acceso al agua y a la tierra, asesoramiento técnico”.

El Estado estuvo muy ausente durante mucho tiempo, y hoy ese sector productivo está compuesto por alrededor de los 35 productores, cada uno con alrededor de siete y ocho hectáreas, la mayoría a cielo abierto, y todo el agua de riego es del Sauce Chico”, indicó García.

Por su parte, el grupo de productores de cerdo, Producerdo, trabaja hace años con el INTA, con el fin de avanzar sobre la formalización de los criaderos que estaban ubicados en el periurbano, con trabajadores informales y pequeños productores.

En esa línea, el referente contó que “trabajamos con la problemática, muchas veces vista como sanitaria por parte de los municipios, para la tenencia de cerdo de manera informal. Avanzamos con los productores en darle un marco de formalidad y regularizar esos pequeños criaderos. A través del trabajo con el INTA, municipio y universidad se pudo avanzar en algunos eslabones de la cadena de formalización”.

En tercer lugar, se expuso el trabajo del grupo de mujeres Moras Brix, que se encuentra en la zona del barrio Spurr y Morecino. En la cocina del Centro Integrador Comunitario de Spurr se elaboran conservas y dulces, para brindar una salida laboral a las personas interesadas.

Los productores de huevo y pollo parrillero “son familias vinculadas a la producción hortícola también, muchas de ellas en el sector urbano. La producción de huevo a nivel familiar, pero que busca instancias de comercialización, y la producción de pollos parrilleros que busca incorporarse a la producción de cerdos”.

Finalmente, los pescadores artesanales están integrados por personas de la zona de Pehuen Co y Villa del Mar. Comenzaron en 2015: “Es una población con muchos problemas de formalización. Generalmente trabaja toda la familia, es un trabajo muy artesanal”.

Características comunes

“Algunos aspectos que coinciden en estos grupos tienen que ver con que todos pusieron desde el inicio la cuestión de la comercialización como punto de partida, en torno a la problemática que les preocupaba”, afirmó García durante su exposición.

Asimismo, mencionó como puntos en común que en todos los casos la familia es quien realiza el trabajo de producción y comercialización; las personas no son propietarias de la tierra; el ingreso económico familiar proviene principalmente de la producción; tienen mas de diez años en la actividad; y se proyectan en la actividad, a través del traspaso de conocimientos a sus hijos e hijas.

Actualmente, las estrategias de comercialización incluyen la venta de bolsas de productos con entrega semanal, en conjunto con otras organizaciones de Bahía Blanca y la región; el Mercado del Puerto, que desde 2021 ofrece un espacio para la venta de verduras, carne, pescado, conservas y artesanías; la Feria del Lago del Parque de Mayo; y ventas a domicilio, principalmente de productos perecederos.

También se realiza la “venta minorista en comercios, incluyendo en una lógica de economía social a la pequeña verdulería o almacén de barrio que muchas veces no pueden acceder a la compra de productos en grandes volúmenes. Entonces, permitimos hacer comprar pequeñas y sostener la economía barrial”.

“Durante la pandemia, los productores asumieron un rol de abastecer y cubrir una demanda de alimentos de los sectores populares. Así, avanzamos con un fondo solidario, donde a partir de la compra de los productos, el consumidor estaba contribuyendo con un fondo que permitía cubrir un producto para llevar a organizaciones barriales y otras organizaciones. Esa gimnasia quedó, y se sigue realizando”, indicó el referente.

Principales dificultades de la agricultura familiar

García mencionó cuáles continúan siendo las problemáticas más significativas de este tipo de producción: La regularización, habilitación, formalización, principalmente con productos perecederos, porque “por un lado, el Estado contribuye al desarrollo de estos sectores de la economía social, pero a la vez impide que esto funcione”.

Luego, la dificultad de acceder a infraestructura para el procesamiento de los productos; y la distribución de esos alimentos.

“Este es el desafío que tenemos como Estado. Cómo generar programas para que ese alimento que hoy existe en las quintas, en los criaderos, que los pescadores ofrecen, ese alimento que tiene una alta calidad nutricional, llegue a los sectores más desprotegidos y no quede solamente en una feria o un mercado. Que está muy bien, pero vemos que hay una porción muy grande de Bahía Blanca que sigue sin acceder a ese alimento”, concluyó.

Para más información sobre los grupos Producerdo, Productores Hortícolas Sauce Chico y Colonia la Merced, y Moras Brix, podés visitar los videos realizados por la Cooperativa de Trabajo Ecomedios en Voces Asociadas.

2023-04-21 14:35:43
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