‘Semillateca’ es un proyecto de voluntariado de la Universidad Nacional del Sur (UNS) junto con la Asociación Bernardino Rivadavia, que se propuso dar a conocer el patrimonio verde urbano de la ciudad de Bahía Blanca y formar un archivo de semillas, en principio de árboles urbanos, que sean representativas de los distintos barrios.

La UNS desde hace más de diez años que promueve iniciativas de extensión y voluntariado, con la idea de que alumnos, alumnas, docentes y no docentes pongan en práctica la teoría que se brinda en la aulas. En ese marco, en el departamento de Geografía, más específicamente de la materia llamada Biogeografía Cultural, “estudiamos toda la parte de distribución de seres  vivos, plantas y animales, a distintas escalas, y dentro de esa línea hay una unidad importante que es la de Fitos o Plantas Cultural”, comenzó la docente y directora del proyecto ‘Semillateca’, Graciela Benedetti.

Con esto, “nos referimos a conocer cuáles especies nos rodean, y cómo se reproducen, por ejemplo. Como sociedad transformamos el ambiente y a partir de ahí uno empieza a pensar más qué es lo nuestro, no solo lo nativo, sino también aquellas exóticas que fueron traídas con algún fin cultural. De ahí, todo aquello que tiene que ver con la cultura deviene en patrimonio como algo para cuidar, reguardar y conocer. Es parte de la identidad y pertenencia”, afirmó.

Y, siguiendo esa línea, continuó: “Nosotros empezamos trabajando en algunos barrios de la ciudad y ahora le dimos como una vuelta para trabajar desde las semillas, como origen futuro del árbol. Por eso hablamos de semillas con identidad, porque son de especies plantadas, pensadas y cuidadas por alguien, que están ahí para mantenerse en el tiempo”.

Espacio de intercambio ‘verde’

En Bahía Blanca hay muchas variedades. “Tuvimos distintos enfoques. Cuando la Argentina se empezó a conformar como Nación se conocía muy poco de lo nativo, y como siempre estuvimos más dentro de un modelo europeo se traían muchas especies de allá. Eso se fue plantando en las ciudades porque es lo que el inmigrante trajo de sus orígenes”, explicó.

Después, “cuando empezamos a hablar más de ecología y de  la relación con el medio, eso cambió, y se empezó a tener más en cuenta qué era mejor plantar, o a reconocer lo que ya estaba en el territorio, para la ciudad. Hoy se trata de ejemplares que nos representan como sociedad”.

La ‘Semillateca’ trabaja desde varios ejes: “Uno es el de la recolección de semillas; el otro tiene que ver con dar a conocer entre la comunidad bahiense y de la zona, las especies de árboles que hay; y luego lo educativo, al que más nos abocamos, para que los chicos conozcan sobre el arbolado, sus ventajas y desventajas, y alguna práctica de germinación”, detalló.

Para finalizar, no quiso dejar de agradecerles a “los señores voluntarios Roberto y Milton que son, y han sido, motores indispensables en este proyecto, de quienes aprendimos un montón y sin ellos la ‘Semillateca’ no hubiera sido posible”, y resaltó la labor como algo que permite “conocer lo que tenemos muchas veces cuando salimos de nuestras casas. Aquello que alguien puso y cuidó. Son seres vivos con un gran valor ambiental”.

Los y las interesadas en conocer más sobre dicha iniciativa, o para pedir que vayan a sus barrios a entregar semillas, pueden visitar su Facebook o Instagram.