Mariana Sabattini participa en el proyecto “Especies de nuestro estuario, si las conocemos podemos protegerlas”.  En dialogo con la diseñadora gráfica,  recorremos su trayectoria, su vocación y hablamos sobre su experiencia.

¿Cómo comenzó tu historia con la ilustración y el diseño gráfico?

Podría decirse que, por herencia, mi padre dibuja y es diseñador también. Eso me hizo desde muy chica tener contacto con el mundo de la imagen. No recuerdo un momento donde no dibujara, es algo que me acompaña en la vida.

Creo que es mi forma más intuitiva de procesar la información externa y las emociones, como si necesitara traducirlas, hacerlas pasar de la cabeza a la mano para comprenderlas. Eso para la ilustración. El diseño gráfico es algo que adquirí en búsqueda de complementar ese interés. Estudié en la Universidad de Buenos Aires y estoy muy agradecida de todas las herramientas que adquirí allí.

¿Cómo te definís como ilustradora?

Desde la insistencia he convertido mis limitaciones en estilo. Consumo ilustración y cómics, mucho de eso me enriquece constantemente. Por lo que me han dicho, mis dibujos intentan contar historias. En realidad, siento que veo al dibujo más como un medio que como un fin en sí mismo. Admiro a dibujantes virtuosos desde lo técnico, e intento mejorar, pero mi interés está más puesto en lo que se cuenta y también en divertirme, que es lo que vale. 

¿Qué es lo que más te gusta hacer dentro del mundo del diseño?

Bueno, hay gente que confunde ser diseñador gráfico con saber dibujar. ¿Por qué? no sé, en realidad no es necesario saber dibujar. Pero dentro de las cosas en las que puede derivar un diseñador está la ilustración. Y creo que es lo que más me gusta, aunque también me gusta la animación, lo editorial, las nuevas tecnologías, etc. Podría decir que lo que más me gusta es el desafío de encontrar distintos lenguajes gráficos para comunicar distintos mensajes. Es una profesión que nunca aburre, y en la que siempre se aprende.

¿Cuáles han sido tus trabajos favoritos?

En el 2020 ilustré el libro “El Corazón es el lugar” de Pablo Dacal y Tálata Rodriguez por HD ediciones, también dibujé un cómic con guion de Marcelo Díaz, por el que recibimos una especie de beca del Centro Cultural Recoleta, por el Festival Sudestada y está pronto a publicarse.

También tuve la oportunidad de hacer un storyboard para una empresa china, a través de un estudio de animación de Buenos Aires. Eso fue un aprendizaje y una puerta para otros trabajos relacionados a la ilustración, el diseño y la animación. En lo que va del 2021 he hecho otras cosas también muy lindas pero no puedo contarlas hasta que se publiquen. 

¿Cómo tomaste contacto para participar en el proyecto de conocer las especies del estuario? ¿Cómo ha sido tu experiencia?

Había visto la movida en redes, y lo hablamos con Daniel Saladino, el organizador del proyecto. Un poco del tema se ha cruzado en otras oportunidades con mi trabajo en el Museo de Ciencias. Con Daniel hemos compartido horas de trabajo en 2 Museos, y hemos tenido siempre buena comunicación, con lo cual todo el desarrollo de las ilustraciones fue fluida y placentera. 

¿Qué especies elegiste representar? ¿Por qué? 

Elegí representar al Zorro Gris, el Cauquén Real y el Tiburón Bacota. El zorro porque ¿a quién no le gusta dibujar un zorro? Me gusta que es más estilizado que un lobo, su expresión y la sensualidad de su cola. El Cauquén Real lo elegí porque soy bastante amante de las aves y me gustaba su plumaje. El tiburón bacota para incluir algo del mundo acuático.

¿Qué técnicas elegiste para representar a esas especies?

Elegí la ilustración digital. Utilicé trazo a mano alzada, y algo de textura con una paleta acotada, con la que pude resolver las 3 especies. La característica con la que pueden llegar a reconocerlas es por cómo dibujo los ojos, sin pupilas.

¿Has aprendido cosas nuevas investigando sobre las especies para representarlas?

El proceso fue entretenido. Aprendí sobre estas especies y su hábitat. Lo que me sorprende es cómo tenemos incorporadas en nuestro imaginario especies animales propias de otros entornos, y cómo a las más cercanas a veces ni siquiera las conocemos.

Si tuvieras que transmitir un mensaje sobre el valor de un estuario como el de Bahía Blanca ¿Cuál sería ese mensaje?

Sobre el valor del estuario, como de cualquier sitio o recurso natural, conocerlo, valorarlo, cuidarlo y entender que como humanos debemos abrazar la naturaleza y desequilibrarla por obtener beneficios temporales o efímeros, a la larga y no tan larga se nos vuelve en contra. 

¿Cómo podemos conocer en mayor detalle tus trabajos? 

Pueden seguir mis dibujos en Instagram o ver mi porfolio. Por cualquier consulta que quieran hacerme sobre mi trabajo, mi mail es [email protected]