Cada quince días, en el Centro Comunitario San Roque, funciona un mercado barrial para la comercialización de producciones de distintos rubros.

El espacio impulsado en conjunto con Cáritas, la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional del Sur (UNS) y voluntarios y voluntarias, reúne productos de la agricultura familiar y elaboraciones producidas de forma artesanal, por parte de vecinos y vecinas de diferentes barrios bahienses.

“Les damos oportunidad a todas las personas que realizan actividades de sustento en sus casas. Esta es una economía social que estamos apoyando en las zonas más vulnerables. Algunos elaboran tejidos, costuras, panificados o artesanías. Pueden sumarse todos los que quieran ya que no le cobramos nada a los expositores”, comenzó el presidente del Centro Comunitario San Roque, Rodrigo Vivallo.

La iniciativa crece con cada edición. “Empezamos vendiendo 30 bolsas de verduras y hoy ya llegamos a unas 200 bolsas encargadas. Para todo esto trabaja un grupo de voluntarios que a la mañana las prepara, para que la gente que va a las 10 de la mañana lo pueda retirar. También le dimos un espacio a la municipalidad para que puedan realizar vacunaciones y campañas de prevención”, detalló.

Potenciar espacios

La idea surgió después del temporal ocurrido en diciembre pasado. “Cuando se hicieron las campañas de colecta de alimentos, la Cooperativa Obrera junto con los voluntarios de la Universidad Nacional del Sur y Cáritas, nos pidieron el espacio del gimnasio porque fue uno de los pocos que quedó en pie. Como no había sido afectado por la tormenta, era seguro para clasificar alimentos”, recordó.

Y, siguiendo esa línea, agregó: “Con Cáritas nos pareció importante poder seguir contando con ese espacio, una vez que se repartieron los alimentos, para que los productores que estaban en su momento vendiendo en el sistema de ferias en su sede de la calle Rodríguez, tuvieran un lugar donde seguir comercializando lo que ellos mismos elaboran, más lo que vendían los productores hortícolas de la zona”.

En ese marco, además, apareció la inquietud de cambiar la idea de feria a mercado. “Decidimos transformarlo en algo más grande y participativo. Dejaba de ser una feria común, donde hay un montón de oferentes de distintas cosas y productos, inclusive algunos que salen de un comercio y van a otro, para que tuviera la particularidad de que todo lo que se vendiera fuera producto de un proceso de elaboración propia: desde un tejido y alimentos, hasta las verduras”, contó.

Con el objetivo de ayudar

En el Centro Comunitario San Roque hay distintas actividades: la Casa del Niño, para lo que reciben niños y niñas, de 8 a 13 hs., que desayunan, hacen actividades escolares y de entretenimiento, y almuerzan, para luego ir a sus escuelas; una escuelita de fútbol para las infancias; una peña, un grupo de alcohólicos anónimos, un centro de jubilados y un centro de educación física, donde hay distintas actividades para adultos mayores como yoga y gimnasia; entre otras propuestas.

“La idea se está aplicando en otros barrios. La misma gente se está organizando para tener este tipo de espacios, que son una ayuda para que los vecinos puedan vender sus productos a partir de una participación libre. Por eso, creemos que seguirá creciendo con fuerza, por las necesidades que padece nuestra comunidad”, dijo.

Con el impulso de transformar la realidad, el proyecto busca convertir lo negativo en positivo. “Nuestra intención es potenciar determinadas situaciones laborales para la gente y que puedan comercializar lo que elaboran y producen, para generar un sustento y subsistir. No nos quedamos con lo malo de la tormenta y el desastre, decidimos transformarla en algo beneficioso para quienes menos tienen”, finalizó.

El mercado barrial se desarrolla cada quince días en Estomba 2380, de 10 a 17 hs. Para más información sobre las fechas o para sumarse como expositores, los y las interesadas pueden visitar y comunicarse a través del Facebook.