Un tan breve como jugoso simposio sobre el género, que integró la amplia programación del evento.

La Feria Internacional del libro de Bahía Blanca (Filbb), se llevó a cabo entre el jueves 28 de septiembre y el domingo 1 de octubre, con buena afluencia de público de la ciudad y la zona, en sus diferentes sedes.

En la segunda jornada, en la Sala Principal del Teatro Municipal pudo disfrutarse del Simposio sobre Literatura Policial, a cargo de cuatro cultores de este reconocido género: Maximiliano García, nacido y residente de Bahía Blanca; Alejandro Lezcano, bahiense que reside en Viedma; Cristian Pavolini, bahiense que reside en Córdoba- y Gastón Intelisano de CABA.

La propuesta no se basó en ponencias individuales, sino en un intercambio amable en la que los colegas, compartieron sus ideas, métodos y experiencias sobre la producción propia en particular y el policial en general.

Así, abordaron en qué lugares suelen ambientar sus tramas, por dónde comienzan a escribir, cómo conciben a sus protagonistas, si son autores de mapa que se atienen a un recorrido prefijado hasta solucionar limpiamente el caso al estilo de la británica Agatha Christie o de brújula, que prefieren ir recalculando el rumbo durante la escritura; qué estímulos o imágenes son los disparadores de una nueva narración, como la noticia de un crimen real en un artículo de prensa u otro medio, un sueño revelador o por qué no una súbita epifanía y por supuesto, como redondean o llegan a recoger los hilos para arribar a un final verosímil.

Después hicieron un breve recorrido por el género desde los comienzos en el siglo XIX con el policial deductivo clásico, donde se van encontrando pistas hasta develar la verdad alla Conan Doyle; pasando por la novela negra, más centrada en la psicología de los personajes y en la sociedad de la época en que se desarrolla que en la resolución del misterio, como Raymond Chandler; hasta el presente, donde se mezclan esas dos grandes corrientes con exponentes como los novelistas escandinavos o el sueco Joël Dicker.

Unos apuntes capaces de interesar tanto a quienes apenas se asoman a este tipo de relatos, como a quienes ya tienen un bagaje de lecturas, que confluyeron en lo que significa escribir en el presente, cuando la mayor parte de los autores viven de otra actividad y mantienen su camino creativo de modo paralelo y vocacional.

Algo que abre los ojos a la mayor parte de los lectores y advierte sobre cómo son las cosas a quienes tienen la intención de convertirse en escritores, sin dejar de insistir en la pasión sostenida que implica.

Una novela puede significar años de escritura, una inversión considerable en hacer que sea corregida y editada de manera profesional y en la autopublicación, ya que en Argentina apenas un 5% de los escritores tiene un contrato formal con una editorial.

Aún si hoy día hay posibilidades de difundir digitalmente, se trata de un proceso largo y esforzado que se amortiza con simple comentario -no necesariamente elogioso- de un lector.

Una hora que finalizó con los presentes participando a través de preguntas y en muchos casos con la compra y firma de algún libro de los conferenciantes, cerrando el círculo virtuoso propiciado por espacios como la Feria