La Feria El Encuentro de Pato surgió en 2001 ante la crisis económica que afectaba al país, con el objetivo de reunir y brindar un espacio para que las familias que habían quedado fuera de otros espacios puedan comercializar sus productos.

Durante la II Jornada de Experiencias de la Economía Social organizada por el Departamento de Economía de la Universidad Nacional del Sur (UNS), la fundadora del espacio, Irma Luna, contó su recorrido, acompañada por la referente de la UNS Débora Eliosoff.

Bajo el título ‘Formas de (ganarse la) vida. La Feria El Encuentro de Pato en la ciudad de Bahía Blanca’, participaron de la primera mesa de Derecho a la ciudad y la Economía Social.

“La actividad feriante como una posibilidad de ganarse la vida en Bahía Blanca fue consolidada en el 2001 en un contexto donde los índices de desocupación de la ciudad llegaron a ser los más altos del país. En ese entorno, surgió el denominado Shopping de los pobres, el chaperío o la Feria el Encuentro, que fue cambiando de nombre, también su emplazamiento y dinámicas”, inició Eliosoff.

En esa línea, destacó que “aunque se encuentra invisibilizada en los medios y discursos oficiales, se fue constituyendo en un espacio representativo para sectores en situación de vulnerabilidad. Reconocemos en la feria una forma particular de organización económica y social dentro de la economía popular”.

Fue en el 2008 cuando se produjo un desmantelamiento de los distintos modos del club del trueque, el traslado mediante disposición municipal, de la Estación Sud y del Parque Independencia. ciudad.

Construir comunidad

Por su parte, Luna explicó el origen del actual nombre: “Le pusimos ‘El Encuentro’ porque fue pensado para la gente que estaba en la Estación, y en el Parque Independencia, en ese momento no tendría más esos lugares, porque eran espacios públicos. Entonces, decidimos encontrarnos en el patio de mi casa. Transcurriendo los años, tengo la desgracia de perder a mi hijo, y los feriantes me preguntaron si podíamos renombrar la feria como ‘El Encuentro de Pato’, que era su nombre”.

Como parte del marco teórico en el que se abordó la historia del espacio solidario y de construcción colectiva, Eliosoff expuso: “Conceptualizar la economía en sentido amplio, implica entenderla no solo en términos de intercambio, cálculo o beneficio, sino en la consolidación de todos los procesos involucrados. Entonces vamos a pensar en esfuerzo, cooperación, y marco valorativo de la propia actividad económica. Es en tiempos de crisis donde las estrategias incluyen redes de reciprocidad, relaciones de confianza mutua y acompañamiento”.

Con estas cualidades, la feria fue creciendo hasta llegar a ser cuatrocientos feriantes. Durante la pandemia, el espacio se transformó en un mecanismo para facilitar el acceso de las familias a bolsones de alimentos.

“La vorágine de la necesidad nos llevó a querer arrancar, y hoy por hoy somos casi cuatrocientos feriantes. Detrás de ellos hay mamás, papás, chicos. Y la feria sirve. Le damos batalla al tiempo, a la economía, a todo”, afirmó luna: “Falta que la Muni ponga los ojos en nosotros”.

La Feria El Encuentro de Pato funciona tres veces por semana, y los días sábado en Berutti 1650.