La Secretaria de Innovación Pública de la Nación informó respecto a los cuidados necesarios para evitar el fraude por suplantación de identidad en el plano digital.

Phishing -pescar- es una modalidad utilizada para cometer fraudes, bajo la apariencia de entidad bancaria, organismo público o empresa de servicios, solicitan datos personales y acceso a cuentas electrónicas. El delito suele efectuarse a través del correo electrónico, las redes sociales o la mensajería instantánea.

La estafa puede darse tras acceder a links o enlaces, de allí la importancia de contemplar ciertos hábitos de prevención. Es pertinente no abrir correos sospechosos, es necesario mirar la dirección del mail y chequear cada letra para ver si es la que figura en la página oficial de tu banco u organización conocida.

La misma advertencia hay que considerarla con la dirección de la ubicación de las páginas; no abrir links de mensajes mal redactados, con fallas ortográficas o sintácticas, ni descargar sus archivos porque podrían contener un código malicioso.

Tampoco debe realizarse ninguna acción si se recibe un correo que impulsa a actuar de forma inmediata: lo primero que hay que hacer es comunicarse con la organización del mensaje para corroborar la veracidad del contenido.

Nunca hay que revelar las claves personales o bancarias y tener en cuenta que ninguna institución las pide por teléfono, mail, una red social ni a través de empleados que vayan a domicilio.

Hay que prestar atención a los encabezados genéricos como («Estimada/o cliente; Hola; Buenas tardes, amigo o amiga”), porque de esa forma se suelen expresar los intentos de estafa masiva.

En caso de caer en un fraude, debe denunciarse en la entidad que usaron para engañar, y acercarse a la Justicia o en la comisaría del barrio o localidad. Es importante que no eliminar el correo recibido, ni los enviados, ni los diálogos tenido con la persona que contactó, porque todo eso podrá ser usado para resolver el caso.