En la Capilla Nuestra Señora de Fátima, del barrio Aldea Romana, está el grupo scout N° 1370 que, por medio de distintas actividades, fomenta principios y virtudes, moldea a las nuevas generaciones e invita a vivir experiencias enriquecedoras.

El movimiento scout fue fundado en Gran Bretaña, en 1908, por el oficial Robert Baden Powell. Años más tarde se trasladó a Estados Unidos y a Latinoamérica, para convertirse en un tendencia mundial. Con el objetivo de cobijar a los niños que habían perdido a sus padres por la guerra, la instrucción se basaba en la enseñanza de conocimientos para la vida en la naturaleza.

“Eso luego se trasladó a una enseñanza en valores, por lo que hoy por hoy nosotros somos una educación no formal. Y, a través del trabajo de cada sábado, tratamos de impartir eso. Si me preguntaran por qué tendrían que llevar a sus hijos, te diría que se trata de un lugar donde no hay diferencias, donde el chico entra y es recibido, es uno más, como si estuviera desde siempre”, dijo la dirigente de la rama manada, Patricia Taboada.

En la actualidad, las distintas secciones se dividen por edades:  la primera son los castores, de 5 a 7 años; la manada, de 7 a 11 años; la unidad, de 11 a 14 años; los caminantes, de 14 a 17 años; y los rovers que son de 17 a 21 años. “Nosotros no tenemos integrantes de castores, pero el resto sí. En cuanto a los adultos, está abierto a cualquiera que quiera brindar el servicio voluntario”, explicó.

El compañero de equipo de Patricia se llama Gustavo Acosta, y el resto del equipo está conformado por Pablo, Marcelo, Karina y Gastón, para la unidad; Javier y Evanna, para caminantes; y  Jorge para rovers. Además hay un facilitador, Santiago; un grupo de padres colaboradores, llamado ‘Familia Antü‘; y la jefatura del grupo, está a cargo de Patricia, Juan Manuel y Nicolás.

Una elección de vida

Durante su infancia, el hermano de Patricia formó parte de los scouts de Cerri. Por eso, ella y su familia participaron del movimiento desde siempre. Con el paso de los años, se sumó como mamá colaboradora al grupo llamado ‘San Miguel Arcángel’, y a pesar de vivir en Bahía viajaban para ser parte de las actividades. El grupo de Fátima se creó el 2 de abril de 2017.

“Fue por iniciativa de cinco dirigentes que abrieron solamente la rama manada. Ellos se prepararon, hicieron los cursos y actualmente todos siguen trabajando en el grupo. Yo empecé en el 2021 y ahora me encantaría que pudieran incorporarse más adultos o dirigentes. Cualquier persona que quiera venir a conocer o unirse es bienvenida”, aseguró.

En cuanto a las actividades, son definidas y planeadas según las edades. “Lo ideal es que se basen en la vida en la naturaleza. En esa zona hay mucho barrio, entonces tratamos de salir e ir a la plaza. Tenemos un arroyo cerca y vamos caminando, así sea para mojarse los pies un poquito o cruzarlo a través de un tronco, tipo puente. Es una mezcla entre enseñar y educación física”, finalizó.

Los y las interesadas en conocer más sobre la actividad y el grupo, que se reúne en Ramón y Cajal 4799, pueden visitar el Facebook, o los Instagram de la manada, los caminantes, los rovers o la ‘Familia Antü’.