“El Meren” continúa desarrollando propuestas para ayudar a las más de 100 familias que acompañan durante la pandemia, su actividad durante estos meses incluyó entrega de plantines, de bolsones alimenticios y artículos para el hogar.

“Antes íbamos todos los sábados y hacíamos actividades para pasar tiempo con ellos, recreativas, didácticas. Además, siempre recibimos donaciones que distribuimos entre las familias más necesitadas”, expresó Selva Cuppari, una de las voluntarias del merendero. Contó que todas las donaciones eran de particulares, y se entregaban a 50 familias.

Sin embargo, durante el período de aislamiento, la cantidad de personas con necesidades no cubiertas, se duplicó. “Tuvimos que empezar a pedir dinero, cosa que nunca hicimos, porque la situación se fue complicando para todos”, dijo en conversación con la Cooperativa Ecomedios.

“Ahora vamos cuando conseguimos donaciones o los bolsones de Agricultura Familiar. Eso nos sirve a nosotros, y colaboramos con ellos”.

En esa misma línea de trabajo, hace tres años que en el merendero de Magallanes 1120 se creó una huerta comunitaria. “Para nosotros fue una sorpresa que la gente se enganche, especialmente los niños y niñas. Es muy enriquecedor y gratificante”, expuso la voluntaria, y agregó que en este momento la huerta se encuentra abandonada, pero tienen la intención de continuar con su producción, que ya les ha permitido realizar elaboraciones como dulce de zapallo. 

Nuevos desafíos y propuestas

Hace pocos días fueron notificados de que la Convocatoria de Puntos de Cultura que se llevó a cabo desde el Ministerio de Cultura seleccionó su proyecto de huertas en centros comunitarios, que realizarán junto con el Espacio de Trabajo por la Soberanía Alimentaria. La intención es hacer llegar a diferentes centros la posibilidad de tener una huerta propia, que les permita generar alimentos.

Además, en el barrio realizaron una entrega de plantines, con la colaboración de alumnos de nivel secundario del Colegio La Inmaculada y el grupo Plantines Solidarios. Esa iniciativa permitió entregar 10 plantines a cada familia, para que continúen produciendo y tengan una huerta en su casa.

“Hay muchas personas que trabajaban en negro, que ahora están desempleadas. La situación es muy precaria, ya que no tienen para comer en el día a día”, contó Cuppari. “Nosotros hemos hecho guisos, pero nuestra cocina es chica. Estamos trabajando con otras instituciones del barrio con la idea de generar redes y ayudarnos mutuamente”.

Actualmente los cuatro voluntarios que trabajan en “El Meren” están organizando su próximo proyecto. “El año pasado hicimos una movida muy buena con Agricultura Familiar, que preparamos cajas navideñas con verduras y frutas, y productos tradicionales. La idea es volver a hacerlo”.

Las donaciones se pueden llevar a la sede del merendero, en Magallanes 1120. Se reciben alimentos no perecederos, frutas y verduras, ropa en buen estado y cualquier artículo para el hogar. En este momento están con necesidad urgente de una puerta de frente para una familia.