El tiempo que los niños y niñas pasan frente a las pantallas es un tema que siempre ha generado grandes debates. Más aún en época estival cuando los ratos de ocio se duplican. Por eso, nos comunicamos con una especialista para que brindara algunas recomendaciones para regular sus usos.

Si bien las tecnologías han venido para quedarse, “por lo que no hay que demonizarlas”, en la actualidad, la edad en que comienzan a utilizarlas es cada vez más temprana. “Y ahí creo que está el punto preocupante. Entiendo que tiene que ver con que es algo que nos atraviesa a todos, pero también con la amplia disponibilidad de dispositivos digitales: desde Tablet y notebooks, hasta celular y Smart TV”, comenzó, en diálogo con EcoMedios, la licenciada en Psicología, M.P 1752, Aldana Conte.

Sin embargo, “quienes trabajamos en salud infantil sostenemos, respaldados en investigaciones científicas disponibles en la página de la Academia Americana de Pediatría, que no es propicio exponer a niños menores de dos años a pantallas debido a que puede perjudicar su desarrollo, en el área cognitiva, social, de la conducta. Igual de todos modos sucede”, sostuvo.

Al ser considerados elementos de distracción, “durante ese ratito que mamá, papá o cuidadores, tienen que hacer algo”,  tampoco hay que verlos como algo negativo. “También soy mamá y, en ocasiones, en la vorágine del día a día uno acude a ella. No está mal que eso pase esporádicamente, de manera intermitente. Se lo ofrezco como un elemento que no se va a transformar en una herramienta de calma o método persistente para relajar a un niño”, afirmó.

Por otro lado, es posible reemplazar a la tecnología, “pero depende del para qué. Primero creo que es necesario saber el cómo, cuándo y el por qué, los peques la usan. Eso nos va a permitir a los adultos y adultas que acompañamos poder establecer mejores normas y límites para gestionar su uso. Ahora como reemplazante, es cierto que entretiene, porque nos pasa también a los adultos, pero sería mejor que los niños, niñas y adolescentes lo hagan de forma regulada y acompañados”, remarcó.

Recomendaciones para madres, padres, cuidadores o cuidadoras

Tener momentos de ocio digitales en familia no está mal, ya que “ayudan a potenciar la conexión y la comunicación con nuestros hijos e hijas, y ese entendimiento nos facilitará el uso con límites adecuados. Otra cosa que siempre recomiendo es evitar usarlas, por lo menos, y esta es la parte más difícil, una hora antes de irse a dormir”.

Y, en ese sentido continuó: “Hay mucha evidencia científica que demuestra que el mayor tiempo de exposición a las pantallas afecta negativamente el sueño. La luz azul modifica su ciclo, y afecta los niveles de melatonina que es la hormona natural que se produce como reacción a la oscuridad. Por lo tanto, se dificulta la conciliación del sueño”.

Además, la Academia Americana de Pediatría recomienda que los menores de dos años, tengan cero tiempo de exposición a las pantallas; los de dos hasta aproximadamente cinco o seis años, no más de una hora diaria; y, los de 6 a 18 años, dos horas diarias de pantallas. “Es un desafío pero como adultos estamos para incentivar y promover su participar activo en el día a día. Si uno va por el lado de sus preferencias, es más fácil engancharlos”, contó.

Para finalizar, la profesional reafirmó la idea de no demonizar a la tecnología, “porque es maravillosa, pero sí tengamos especial cuidado con los niños y niñas que son bien pequeñitos. Seamos responsables en su desarrollo. Los adultos, también estamos para proponer y pensar qué hacer para no aburrirnos. La regulación del uso de las pantallas debería ser igual de importante que los cuidados en su alimentación, descanso o su higiene”. 

Quienes quieran saber más al respecto, o comunicarse con la licenciada, pueden visitar su Instagram, @psicoinfantojuvenil.bbca.