El merendero «Un rayo de esperanza» del barrio Caracol trabaja en la entrega de alimentos y viandas, y hacen roperos comunitarios con el objetivo de cubrir las necesidades básicas de las y los vecinos. Además, proyectan seguir creciendo y conformarse como una ONG.

Ubicado en Belisario Roldán 2620, el merendero comenzó su actividad pocos meses antes de la pandemia. Ante el nuevo contexto, adaptaron sus actividades para asegurarles alimento a las 150 familias que asistían.

“Estuvimos diez meses dando viandas de almuerzo tres veces por semana, y a veces también cena, y entregando viandas los sábados gracias a la colaboración de los chicos de la escuela María Auxiliadora”, contó la encargada del lugar, Jacqueline Eriza: “también llegan donaciones de gente de Bahía, siempre llega alguien a ayudar. En el barrio hay cualquier cantidad de necesidades y queremos seguir trabajando”.

Eriza trabaja acompañada por sus colaboradoras María Eva Farías y Angélica Olivero, quienes preparan los alimentos y cocinan. Asimismo, reciben ayuda de la agrupación La Peroncha y el Banco de Alimentos, y están en contacto con otros merenderos e instituciones del barrio.

La referente, en comunicación con la Cooperativa de Trabajo Ecomedios, indicó que “el objetivo siempre es trabajar en conjunto para lograr que los chicos no estén en la calle, darles diferentes propuestas. La situación del barrio, hoy por hoy, es muy precaria: no hay luces ni contenedores de basura, hay muchos chicos que no están yendo a la escuela, matrimonios en los que sufren abuso, mucha presencia de drogas y falta trabajo”.

Sin apoyo municipal

Sobre la falta de respuesta local, Eriza contó que no recibieron ningún tipo de ayuda, pero que llegó la notificación de que el merendero estaba registrado.

“Seguramente hay muchos lugares a los que les pasa lo mismo que a nosotras. Queremos que vengan a caminar por el barrio y vean cómo se vive, y el trabajo que hacemos”, expresó, y señaló que “Acá no hay delegado, que yo sepa. Y había una Sociedad de Fomento, pero ahora es un desastre”.

Actualmente, presentaron el proyecto para establecerse como una ONG y poder seguir trabajando en el barrio, pero también extender su actividad a otros lugares que lo necesiten: “más allá de los alimentos queremos lograr ayudar en otras cosas, en lo personal, en lo laboral, lograr asistencia médica, vacunas. Un montón de cosas. Tenemos muchas ideas, y con que podamos lograr alguna, estamos contentas. Queremos seguir adelante, y capacitarnos cada vez más. Este trabajo que hago, lo amo,  y gracias a Dios se están abriendo puertas”.

Las vías de contacto con el merendero son, a través de su página de Facebook, o por Whatsapp al 291 470-4356.