Ubicado hace casi 20 años en el barrio Villa Bordeau, los y las integrantes trabajan para asistir a niños y familias del sector, buscando donaciones de alimentos y proveyendo a los vecinos de cualquier elemento que necesiten.

Surgió como iniciativa de un grupo de vecinos ante la situación de algunas personas del barrio. Después de un tiempo tomaron las riendas los padres de María Luz Nuñez, quien ahora es la coordinadora y vela por continuar con el trabajo social de su familia.

“Con la pandemia fue más difícil porque al quedarse sin trabajo, empezaron a venir más. Empecé con 30 niños, y terminé con 60 familias. Ahí se vio en realidad la necesidad que había”, explicó a la Cooperativa Ecomedios. 

De a poco empezó a generar movimiento en las redes sociales del comedor, para pedir donaciones. ”Al principio había más ayuda, ahora se nota más. Tuve que organizar tres grupos para que vengan semanalmente a buscar sus alimentos, porque sino no llegaba a darles a todos”.

Nuñez explicó que, ante la baja en la cantidad de productos, tiene que acumular para después poder preparar una bolsa que sea útil para las familias.  “Es desesperante no poder ayudar a una mamá que te está pidiendo”, señaló.

Durante el año sólo recibió ayuda constante del Banco de Alimentos, con quienes mantiene comunicación semanal. La Municipalidad aportó una tarjeta social, pero después de los primeros meses dejaron de enviarla. 

Sin ayuda municipal

En cuanto al delegado de General Daniel Cerri, la voluntaria observó que “Se borró totalmente. Me quise comunicar con él por el tema de la inscripción para adquirir las tarjetas alimenticias. La única respuesta que me dio fue que él se iba a encargar del alumbrado y las calles”.

Ante una situación de emergencia, ya que se siguen sumando familias, e incluso llegan ancianos a pie desde los barrios vecinos, “Nos tienen desamparados. A los barrios Villa Bordeau, Los Ramiros y Los Chañares nos tienen abandonados”.

«Campana de Palo» se sostiene por el trabajo de Nuñez y la colaboración de un grupo de madres de barrio, que responden a la necesidad de limpiar y organizar las donaciones. Continúan generando contacto con vecinos y vecinas, incluso cuando notan su falta, para asegurarse de llegar a todos. 

Originalmente, el comedor ofrecía distintos tipos de apoyo y cursos recreativos para los niños y los adultos, acompañados por un grupo de la Asociación Italiana. El proyecto para el nuevo ciclo es “Que vuelva a venir gente a hacer talleres recreativos, para que la gente se entusiasme y haga cosas distintas”, además de volver a dar la merienda. 

Están recibiendo donaciones de alimentos secos, ropa y útiles escolares. Sus medios de contacto son por redes sociales o por teléfono al 0291 503-5117.