Ya ha sido confirmada una nueva versión de la saga de Harry Potter en formato de serie.

Los estudios de Hollywood han convertido a la industria audiovisual en un monumento al refrito en todas sus variaciones, por lo que quienes gusten de las tramas originales deberán buscarlas en producciones independientes y quienes amen determinado film o series deberán soportar que lo rehagan periódicamente, como sucederá con Harry Potter.   

Hace cuatro años Warner, el estudio que entre 2000 y 2011 produjo los ocho films correspondientes a las siete novelas escritas por J. K. Rowling, había anunciado que produciría una serie  – para seguir monetizando los derechos que aún posee-, que se iba a distribuir online desde la ex plataforma HBO Max y Max a secas en el presente, pero recién ha confirmado oficialmente que está en proceso de pre-producción y se le dedicaría una temporada a cada libro.

No hay fecha de estreno, aunque sería en algún momento de 2026 y tampoco se sabe demasiado de quien será su showrunner, la dirigirá o escribirá los guiones, aunque se han lanzado rumores de posibles candidatos sin confirmar.  

Lo que sí se sabe es que con gran secretismo se está haciendo el casting del elenco infantil entre miles de niños británicos, mientras ruegan que la autora de las novelas deje de hacer declaraciones altisonantes respecto a las identidades de género o cualquier otro tema sensible y que John Lithgow fue el elegido como el nuevo Dumbledore el director de Hogwarts y aceptó la propuesta.

No es necesario ser la Profesora Trelawney para adivinar que el público infantil recibirá ese mundo mágico con entusiasmo, pero los potterheads de otras generaciones podrían resistirse y ejercer presión negativa desde las redes sociales.