Una de las causas de pérdida de biodiversidad, es la introducción de especies exóticas que se convierten en invasoras. 

El aumento de la globalización, el comercio internacional, las mejoras en los medios de transporte y las comunicaciones han traído muchos beneficios a la sociedad, y también han aumentado el flujo de organismos e invasiones accidentales de especies alrededor del mundo como lo son las conocidas invasiones de mejillones y otras acarreadas en el agua de lastre de los barcos.

Una especie se considera invasora cuando una vez que se introduce, logra establecerse y reproducirse de forma acelerada, y por lo general descontrolada, impactando fuertemente a la diversidad biológica local y llegando también a afectar la economía, cultura y salud pública.

No necesariamente toda especie de animal, planta, hongo o microorganismo que se traslada intencional o accidentalmente se convierte en una amenaza, es difícil poder predecir el resultado si no se tienen conocimientos previos de la dispersión de la especie o el funcionamiento ecológico del hábitat al cual ingresa.

Casos emblemáticos en Argentina

En Argentina, no existe una estimación precisa del impacto generado por esta problemática pero son conocidos los efectos significativos de plagas y malezas exóticas que afectan la producción agrícola, el daño en la infraestructura de puertos por invasiones de ostras y mejillones, por mencionar algunos ejemplos que afectan más directamente a la sociedad. Si en el cálculo incluimos el enorme impacto que se genera en la biodiversidad nativa, el resultado sería alarmante.

Nota completa en la edicion Nº74 de Ecos Puntaltenses, producto de la Cooperativa de Trabajo Ecomedios. Todos los derechos compartidos.