"Cuando hablamos de patrimonio hacemos referencia a un legado de la historia"
Patrimonio arquitectónico local 1

Desde 1999 la ciudad cuenta con una Comisión de Patrimonio de Arquitectos, Distrito 10, un espacio ad honorem que se encarga de preservar el importante acervo local junto al municipio y otras entidades nacionales.

El concepto que hace referencia a los bienes materiales e inmateriales está en constante construcción. “Cuando hablamos de patrimonio, hacemos referencia a un legado de la historia, que fue heredado y que algunos persisten en la actualidad, a pesar del paso de los años, y otros ya no. Su evolución, fue abrazando diferentes contenidos según lo que se consideraba importante como legado para una sociedad”, comenzó la coordinadora de la Comisión, Lara Tramontana.  

Abordarlo en la actualidad incluye contenidos culturales, naturales, paisajísticos y sitios históricos, entre otros. “Se asume que registra y expresa largos procesos de evolución histórica, constituyendo la esencia de diversas identidades y un instrumento insustituible para el desarrollo actual y futuro. Ese movimiento constante ha complejizado su significado y ha estado reflejando las expresiones de su cultura y, en lo que nos respecta, se ha manifestado en la arquitectura”, explicó.

En Bahía Blanca hay varias áreas con diferentes características y amplios lenguajes estilísticos. “Algunas de ellas son: zonas residenciales como el conjunto de viviendas obreras de Villa Hardin Green o de Ingeniero White, con sus construcciones de chapa; de parques y recreaciones como el Parque de Mayo y el Parque Independencia, donde en el 2021 se llamó a concurso para poner en valor el patrimonio material e inmaterial que contiene”, detalló.

Asimismo, hay dos zonas lineales: “Una de la avenida Alem, donde se ubica el Teatro Municipal, emblema de la cultura bahiense y de su arquitectura academicista francesa; la casa Pillado de Wladimiro Acosta, ejemplo de una arquitectura moderna; la Casa Coleman; la casa de Ezequiel Martínez Estrada, que guarda un importante valor inmaterial; y la Universidad Nacional del Sur, hasta el arco de la entrada del Parque de Mayo”, enumeró.

Y la segunda, conformada por la avenida Colón: “Contiene grandes construcciones patrimoniales como el Club Argentino, ejemplo de la ‘Edad de Oro’ de nuestro país, que se ve reflejada con su arquitectura academicista; la Biblioteca Bernardino Rivadavia, el Banco Hipotecario y la Casa Greco, recientemente refuncionalizada para sede del Banco Galicia, entre otros”.

También, están las relacionadas a la productividad y la trayectoria histórica del ferrocarril: el Puerto de Ingeniero White y el Puerto Galván. “Abarcamos vastas construcciones ladrilleras, de chapa y con grandes perfilerías de hierro, y lo podemos ver reflejado en los Ex-mercados Victoria, en el Parque Noroeste o el conjunto de viviendas del barrio inglés, sin olvidarnos, de la Estación de trenes del antiguo Ferrocarril Sud, que responde a una arquitectura ecléctica e historicista proveniente del academicismo francés en versión británica”, contó.

Por último: “Contamos con nuestro centro histórico donde podemos encontrar las típicas construcciones que enmarcan la plaza central, ‘Plaza Rivadavia’, antigua Fortaleza Protectora. Allí podemos encontrar el Palacio Municipal, la Catedral, los Tribunales, el Banco Nación y el ex edificio del diario La Nueva Provincia”, valoró.

Pensar la ciudad

Una de las tantas actividades realizadas por la Comisión, es la de asesorar al municipio en proyectos de intervención para con un patrimonio de la ciudad. A su vez, han realizado trabajos como la creación de legajos para la declaratoria nacional del Club Argentino; un análisis y estudio sobre la Casa Catalana, que luego fue enviado a España; participaron en la iniciativa solidaria de relevamiento del Barrio Inglés, para su análisis arquitectónico patrimonial y socioeconómico, y del proyecto de legalización de la propiedad.

“Incluso participamos en congresos, exposiciones y charlas, tanto en la ciudad como en la región, y presentamos escritos dando a conocer situaciones que se consideran inoportunas para el accionar patrimonial local. Actualmente, nos vinculamos con varios distritos de la provincia de Buenos Aires, junto al Instituto de Preservación del Patrimonio Arquitectónico, Urbano y Rural (IPAUR), para recolectar información sobre viviendas de los años 40, temática a abordar en la Bienal 2024”, dijo.

En ese sentido, uno de los últimos proyectos que desarrollan es el armado del inventario de la ciudad. “Se pretende relevar todos los muebles e inmuebles patrimoniales para tener un registro completo y detallado de las características de cada uno. Esto permite tener una base de datos a la cual acudir ante la necesidad de alguna intervención, y será una fuente de criterios lógicos para reglamentaciones que salvaguarden nuestros patrimonios”, explicó.

Igualmente, todavía falta educación y más acción en cuanto a la creación de normas y su puesta en marcha. “A veces es más fácil plantear un ‘tabula rasa y aquí no pasó nada’, que respetar las reglamentaciones. Necesitamos que se ponga el foco en el cumplimiento de las ordenanzas y un equipo de trabajo especializado para tratar estas temáticas, sin que quede al azar por un grupo de profesionales ad honorem”.

Cuidar y valorar lo propio

“Considero que para conservar un patrimonio, no hay mejor manera que ‘activarlo’, y activarlo mediante su conservación quizás no es la mejor forma de salvaguardarlo. Hay muchísimas herramientas para lo que llamamos ‘poner en valor’. Sin embargo, todas ellas cuentan con una base en común: su estudio minucioso para entender de qué tipo de patrimonio estoy hablando, qué función cumplió, por qué es considerado como tal, qué quiero conservar, qué puedo restaurar, qué puedo incorporar y, por sobre todas las cosas, qué quiero hacer con él en el hoy”, expresó.

Según sus palabras: “Entender que el concepto de patrimonio está en continua construcción, permite pensar que su uso, dentro de la arquitectura, puede cambiar de un día para el otro. Que algo sea patrimonial, no quiere decir que se tenga que conservar en su totalidad. Comprender la necesidad de nuestro inmueble como reliquia es también incluir al usuario y las necesidades que tenemos como sociedad para poder hacer uso de ese bien y convivir entre ambas partes”.

Y, siguiendo esa línea, finalizó: “Para ello, por ejemplo, una de las convenciones mundiales para  intervenir un patrimonio es la capacidad de reversibilidad, donde todo accionar pueda ser reversible en el tiempo, para poder crear un objeto sujeto viviente, con una función que se pueda reinventar para nuevas necesidades, sin perder su carácter patrimonial, y así poder seguir en pie para mantener el legado a futuras generaciones”.

Categoría: PATRIMONIO
2023-09-27 11:29:13
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