Martín Katz Visnivetski, es bahiense y toca el oboe en la Orquesta Estable del Teatro Colón. Con un sueño, una formación y un recorrido que comenzó en Bahía Blanca, dialogó con El Digital de Bahía y compartió parte de su historia.

Las actividades, hazañas, memorias y trayectos de las personas también pueden definir el patrimonio de una ciudad. En este caso, la experiencia del músico, sin dudas, representa el talento que existe a nivel local y las posibilidades formativas que ofrece Bahía, que les permite a muchos y muchas jóvenes sentar las bases de sus proyectos laborales y, o de vida.

“Vengo de una familia artística, donde la música siempre estuvo presente. Mis papás, Sergio y Adriana, son bailarines de tango reconocidos, entonces crecí en un ambiente muy musical. En 2010 falleció mi abuelo, Carlos Visnivetski, que era oboísta. Yo tenía apenas 10 años. Fue en 2014 o 2015, que comenzó a interesarme el oboe y empecé a ver a la música como una vocación”, comenzó.

Por suerte, el entorno bahiense acompañó ese proceso. “Por ejemplo, me iba al Teatro Municipal a escuchar a la orquesta un día de semana, en un ensayo; o todos los viernes me tomaba un café en el ‘Café Martínez’ y después hacía tiempo para irme a escuchar los conciertos de la sinfónica”, recordó.

Y, siguiendo esa línea, agregó: “Tomé clases particulares con el solista de la sinfónica, Andrés Vigil Mendoza, que casualmente había sido alumno de mi abuelo en el Conservatorio, y tiempo después comencé en el Conservatorio de Música mientras hacía el secundario. Además tomaba clases con Patricia Larrosa. A partir de ahí, se abrió un mundo nuevo para mí, de propuestas súper interesantes que me fueron atrapando cada vez más”.

Un instrumento diferente

Para la gente que no es del ambiente, al oboe se lo define como un clarinete más flaco, que pertenece a la familia viento madera. Si bien no ha trascendido mucho dentro de la música popular, en lo referido al repertorio clásico académico es una de las estrellas de la orquesta, en donde suele haber dos. De difícil interpretación, ofrece un sonido muy brillante y penetrante, y se forma en las mismas filas  que el clarinete, la flauta traversa y el fagot.

“Es uno de los instrumentos más antiguos de toda la orquesta. Se remonta a las civilizaciones egipcias. Es muy específico y ha ido perdiendo popularidad entre las grandes estrellas de los instrumentos. Hay muchos casos en los que se lo ha intentado incluir en la música popular con éxito, pero las tendencias de la música actual quizás van hacia otro lado menos analógico, donde los instrumentos de orquesta cada vez tienen menos lugar”, explicó.

Concretar un sueño

Al finalizar el secundario, sus profesores le comentaron sobre la existencia del Instituto Superior de Artes del Teatro Colón, que reúne a chicos y chicas de todo el país, y de otros países, ante la posibilidad de tomar clases con grandes maestros. “Así que preparamos el repertorio que pedían con Patricia y en diciembre de 2019 concursé. Primero tuve que mandar un video. Pasando el primer filtro tuve que viajar a Buenos Aires, para que me escucharan presencialmente.  Luego de esa audición, a principios de 2020, me enteré que había ingresado, por lo que me mudé a Buenos Aires”, relató.

Martín finalizó la formación entre 2021 y 2022, con profesores que hoy en día son sus compañeros de fila en la Orquesta Estable. “El año pasado se abrió una audición para cubrir vacantes. En el caso del oboe era un contrato de permanencia por todo un año, que es este 2024. Fui muy tímidamente para al menos integrar la lista de orden de mérito y me llevé una grata sorpresa ganando el concurso”, finalizó el joven, sobre su llegada a la orquesta que el pasado viernes estrenó la primera ópera, ‘Ariadna en Naxos’, de Richard Strauss.