Luján Peciña es bahiense y, en noviembre del año pasado, fue elegida como presidenta y jefa scout nacional.

Su mandato, que durará tres años, es el segundo desarrollado por una mujer. La primera fue Marina Rustán, que estuvo antes que ella. Con 35 años, y 20 de experiencia en el trabajo a nivel nacional, Luján formó parte de la dirección de Juventudes, de Programas, de Adultos y los últimos seis años se desempeñó como la directora de Educación.

“Scout Argentina es la organización más grande de niños, niñas, jóvenes y adultos, que se reúnen voluntariamente con sus historias, problemas, ganas y sueños. Soy la presidenta de los 900 grupos scouts que hay a nivel nacional. Actualmente somos 75 mil miembros, a lo largo y a lo ancho del país, por lo que hay que administrar toda la asociación, tanto interna como externamente”, comenzó.

Entre los pilares por los que se postuló está el trabajo comunitario. “No solo de la Asociación en general, sino de cada grupo inserto en su comunidad. Como espacios de transformación social, la intención es que se tenga a los equipos scouts como referentes sociales en donde se encuentren”, detalló.

“Luego, todo lo referido a lo educativo. Actualmente estamos con una actualización de nuestro programa de jóvenes, que sería como el currículum en la educación formal y esa renovación pedagógica nos ha hecho repensar cuestiones tanto internas como externas, para mejorar desde la estructura, hasta lo administrativo y el cómo nos presentamos ante la sociedad”, dijo.

Además, hay una Fundación Scout que trabaja en zonas vulnerables de distintos puntos del país. “Hay ocho centros de gestión comunitaria, uno está en Bahía Blanca, y trabajamos en alianza entre Scout Argentina y la Fundación Scout. Desde ahí, por ejemplo, brindamos talleres sociolaborales, para que la gente tenga una salida económica, y organizamos actividades sociales”, contó.

Un camino recorrido

Luján comenzó en la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes, 12 de Octubre 742. Como sus compañeras del colegio iban ahí, le pidió a su mamá que la llevara. De hecho, su familia también participó en el grupo al que define como acogedor y familiar, y al que le agradece el apoyo en todas sus iniciativas y experiencias.

“Bahía Blanca es un referente en todo lo que tiene que ver con el movimiento scout. Tenemos muchísimos grupos, con un montón de niñas, niños, jóvenes y adultos que participan, de forma muy activa. Tienen un excelente desempeño. Para mí es un orgullo poder seguir representar a toda la Asociación”, valoró.

Y, para finalizar, expresó: “Lo mejor que encontré, y sigo encontrando en el movimiento scout, es la oportunidad de ser yo, de poder cumplir mis sueños y mis proyectos. También es un espacio de enseñanza, donde aprendí y aprendo a trabajar en equipo, a ser líder y a ser liderada; a tener objetivos y un proyecto de vida propio pensando en lo colectivo; y lo que implican la empatía y el poder trabajar con otros. A esas cuestiones, hasta el día de hoy, las sigo trabajando”.