La profesora de la Universidad Nacional del Sur (UNS) e investigadora del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca (INIBIBB), Sofía Vallés, fue reconocida por la Organización Internacional de Investigaciones del Cerebro (IBRO), lo que contribuye a la continuidad del trabajo científico.

IBRO es una entidad sin fines de lucro que promueve el intercambio de conocimientos en el campo de las neurociencias. A través de su interés en el apoyo e impulso a científicos y científicas de países en desarrollo, para igualar sus condiciones a los del primer mundo, ofrecen un importante programa de acciones. En ese marco, en mayo de este año, realizaron una convocatoria para investigadores e investigadoras jóvenes que habían iniciado su propia línea de investigación.

“Al laboratorio lo conforman tres más: la doctora en Bioquímica, Natalia Furland; el doctor en Farmacia, Facundo Prado Spalm; y la licenciada en Biología Marié Cuervo Sánchez. Con Natalia hace más de 20 años que estamos en ciencia. Venimos de lugares distintos, porque me inicié en neurociencia y ella hizo su doctorado en lípidos. A partir del 2018, 2019, quisimos crear esta línea independiente, fusionarnos y mezclar todo lo que yo traía de neurociencia, con todo su background de metabolismo lipídico. Nuestra intención fue estudiar metabolismo de lípidos en el cerebro durante el neurodesarrollo. Más precisamente, cómo puede influir la nutrición materna en el desarrollo del cerebro del gestante”, explicó la profesional.

Gracias al reconocimiento, recibirán una financiación de cinco mil euros. “Hicimos una investigación, que los resultados están reflejados en dos trabajos en revistas internacionales de alto impacto científico, y nos presentamos en esta convocatoria para ayudar a científicos que dirigen laboratorios de reciente formación. Uno carga los antecedentes, para mostrar lo que ya ha hecho y lo que quiere hacer. En base a resultados obtenidos en el laboratorio, escribimos un proyecto con los objetivos que queríamos investigar a futuro. Es un proyecto de un año, que fue evaluado y salió beneficiado”, contó.

Fortalecimiento del sistema científico

Según la docente, los investigadores e investigadoras se mueven por una vocación. Como a nivel país hay una crisis importante, y los gastos que involucran un proyecto de investigación son muchos, entre las distintas líneas de trabajo se comparten los insumos para, de esa manera, impulsarse mutuamente y que las actividades no se demoren.

“Soy profesora en la universidad y me encanta la docencia, estar con el alumno y poder transmitir el conocimiento. Al conocimiento nadie te lo puede sacar. Una vez que uno aprende algo es un bien ganado, y nadie te puede sacar ese saber adquirido. Ser investigadora es mi vocación. Lo ha sido siempre. Es una actividad que disfruto muchísimo”, reflexionó.

Para finalizar, hizo hincapié en el deseo de poder contar con los recursos financieros para concretar todas las ideas que tienen. “Me encantaría poder trabajar en condiciones como lo hacen otros países. En Argentina la limitante no es la idea ni la capacidad de la ciencia, sino los recursos económicos. Y eso me entristece. Todo lo que pueda crecer un país en ciencia, se vuelca a la comunidad. Se trata de algo que nos enriquece a todos”.