El día jueves 5 nos enterábamos de que murió impune el cura Aldo Omar Vara, ex capellán militar, imputado por delitos de lesa humanidad: secuestros, torturas y homicidios de los que resultaron víctimas cientos de personas durante la última dictadura cívico militar. Se murió de un infarto en Paraguay mientras se esperaba su extradición a Argentina. Vara, buscado por Interpol, había sido detenido en abril en Ciudad del Este. Su detención había sido ordenada en 2013 por la Unidad Fiscal que interviene en crímenes de lesa humanidad, cuyos fiscales son José Nebbia y Miguel Palazzani.

Continuará la causa que se originó ante el encubrimiento que se les imputa al arzobispo local Guillermo Garlatti y al apoderado de Vara, Leopoldo Bochile, delito contra la administración de justicia.

De ser confirmada oficialmente su muerte, se reunirá Aldo Vara con otros muertos impunes con sotana, amparados por la Iglesia: ex arzobispo Jorge Mayer, quien hasta bendecía medallas de torturadores hoy condenados; “Monseñor” Emilio Ogñenovich, quien justificaba el terror con frases como “los profetas de una moral sin Dios están recogiendo las consecuencias lógicas”; y Dante Inocencio Vega, capellán del Cuerpo V, quien admitió ante madres de secuestrados que sus hijos estaban en La Escuelita y en democracia juró por la Biblia no conocerlas.