Azul Urbieta y Noelia Frammartino, conforman la agrupación puntaltense ‘Michunos felices’. A través de su compromiso consciente, responsable y masivo, los ayudan a conseguir un hogar y a que los que están en la calle vivan en un entorno saludable.

Todo comenzó con el rescate, tránsito y la búsqueda de adoptantes para aquellos ‘michis’ que lo necesitaban. Hoy, además, brindan asesoramiento y difunden las historias de los casos que se les presentan día a día, con la certeza de que cualquier ciudadano o ciudadana puede implicarse.  

“Nuestra labor consiste en tomarse el tiempo de rescatar. De tomar casos que están invisibilizados, e ir a buscar un gato a algún lugar que nos dan aviso o que encontramos nosotras. Luego, lo llevamos a un lugar de tránsito, que normalmente es nuestra casa o la de algún conocido, y nos tomamos el tiempo de conocerlo, ver su personalidad, curarlo, llevarlo al veterinario y darle de comer, entre otras cuestiones”, comenzó, Azul.

En cuanto a lo social, la realidad que viven los felinos en situación de calle no es tan visible como sí ocurre con los perros. “A los gatos es muy difícil verlos en un estado vulnerable. A veces están escondidos, no salen, no se dejan ver, pero eso no quiere decir que no estén sufriendo o que no haya una cantidad enorme de ellos abandonados. También, nos ocupamos de castrarlos, tengan dueños irresponsables o no”, dijo Noelia.

Otra cuestión a visibilizar es la idea errónea de dejar que el animal ande suelto. “Eso confunde, porque quizás ves uno abandonado, que no tiene familia, y pensás que salió a dar una vuelta. Hay mucha gente que no sabe cómo identificar cuando un gato está en mal estado”, dijo Azul. Y agregó: “A la hora de la adopción nos tomamos el tiempo de ver cómo es el gato, cuáles son sus necesidades y buscar una familia en base a eso que observamos. Eso nos importa mucho para que no la pase mal, ni el gato que rescatamos, ni los que estén en la casa que lo va a recibir”.

Dejar de mirar para otro lado

En la actualidad, ‘Michunos felices’ cuenta con cinco gatos que esperan por una familia y un perro que será puesto en adopción próximamente. Si bien toda colaboración es bienvenida, ambas coinciden con que la mejor ayuda está en la difusión, la transmisión de información, la acción y en, al igual que ellas, hacer lo mejor con lo que sea que se tenga a mano.

“La gente no se involucra, o no toma dimensión. Estadísticamente una gata puede tener crías tres o cuatro veces por año, con cuatro o cinco bebés por camada. Y más en una colonia donde se siguen reproduciendo. Es muy simple tomar conciencia sobre la castración, por eso creemos que en eso hay que hacer hincapié. Si todos ayudaríamos un poquito, el cambio sería enorme. Cualquier persona normal se puede involucrar de forma activa”, explicó Noelia.

Para finalizar y en relación a la intención de sumar un gato o gata a la familia, expresó: “No hay que tener ideales cuando adoptamos un gato. No tenemos que esperar que sea mimoso, por ejemplo. Como te acepta a vos, tenés que aceptarlo a él. Es algo que cuesta hacerle entender a la gente”. Cada animal tiene su personalidad, como las personas. “Si lo hacés es porque genuinamente querés darle un techo, un hogar, a alguien más. Hay que adoptar con el corazón”, concluyó Azul.

Para quienes quieran colaborar, el Alias del proyecto es: michunosfelices y está a nombre de Azul Verona Urbieta. Más información, en el Instagram donde además encontrarán historias sobre los rescatados, el formulario para las adopciones y datos para realizar una denuncia por maltrato animal.