Trabajadores y trabajadoras vitivinícolas realizaron un paro nacional para demandar una actualización en sus sueldos.

En la provincia de Mendoza, y en todo el país, se llevó a cabo una medida de fuerza que consistió en un paro de 48 horas para exigir a empresarios bodegueros un aumento de sueldo para quienes trabajan en viñas y bodegas.

Los días 30 y 31 de marzo la producción vitivinícola se paralizó luego de que fracasara la paritaria con el sector empresarial. La propuesta, que se basó en un aumento del 30% a pagarse de manera escalonada, fue rechazada por la Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas (Foeva).

El secretario de prensa de Foeva, Miguel Rubio, explicó que la decisión votada fue un paro de 48 horas sin concurrencia a los lugares de trabajo para exigir que los salarios igualen la canasta básica. Asimismo, aclaró la propuesta realizada por los empresarios: “Hicieron un segundo ofrecimiento del 30%, escalonado, con una revisión en diciembre. Desde la federación, no le dimos ningún tratamiento a ese ofrecimiento y la negociación paritaria se rompió. Así tuvimos el plenario nacional donde se decidió esta medida de fuerza”.

A partir de este rechazo, cientos de trabajadores y trabajadoras cortaron los accesos a viñas, fincas y bodegas de toda la provincia para detener las diversas actividades vinculadas a la producción y elaboración de vinos.

Desde el Valle de Uco, María, una trabajadora vitivinícola, relata la situación que atraviesan y el reclamo por un salario justo: “Nos hemos organizado y autoconvocado para poder reclamar un ajuste en nuestro sueldo. Estamos en paritarias y el ofrecimiento de la parte empresarial no nos convence porque es de manera escalonada y terminamos de cobrar ese 30% recién el año que viene. Tenemos un básico de 28 mil pesos, la gente de viña 27 mil. Y con todos los aumentos y la inflación que como país atravesamos no alcanza para nada”.

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