La Asociación Civil La Fuente Agua para el Corazón trabaja hace quince años con el objetivo de fomentar el trabajo autogestionado y consolidarse como un espacio dedicado a la formación integral de niñeces y adolescencia.

Su actividad se concentra principalmente en los barrios Villa Harding Green, Grumbein, Villa Elena y 12 de octubre. Luego de cinco años de actividad interrumpida, retomaron sus proyectos con la intención de reforzar su trabajo en el territorio.

“En principio, la mayoría éramos docentes, educadoras, en escuelas publicas de la zona periférica de la ciudad. Lo que nos pasaba era que estábamos viendo muchísimo padecimiento económico y social, y quisimos fundar una Asociación que tuviera en cuenta a la niñez y adolescencia en situación de vulnerabilidad social”, contó la presidenta de La Fuente, Miriam Cerdá: “Ahora somos seis personas, poquitas, pero estamos en una etapa de reorganización, de reconstrucción, de soñar un poco y planificar cosas que nos interesan mucho”.

Sus iniciativas se apoyan sobre los valores de la economía solidaria. De esa manera, empezaron a trabajar con mujeres que quisieran emprender, y acompañaron la fundación de la Feria de Emprendedoras que hoy continúa funcionando.

Además, sumaron a su mirada una perspectiva ecológica, bajo la premisa de que “los problemas ecológicos afectan más duramente a las personas desposeídas, o en las zonas de mayor pobreza. Pasa en todo el mundo con las vertientes de líquidos tóxicos, los basurales, la falta de agua potable”, afirmó la referente.

“La propuesta es no seguir mirando la ecología y el compromiso social como cosas separadas, sino como cuestiones que tienen que ir de la mano”, puntualizó, en diálogo con la Cooperativa de Trabajo Ecomedios.

Proyectos en marcha

Así, surgieron emprendimientos para que las y los jóvenes que por algún motivo necesitaran una ayuda económica, puedan sumarse. El primero se trata de un grupo de serigrafía ecológica, y el segundo de bioconstrucción.

“Empezamos por algo que es más sencillo, que son las estufas rocket, de alto rendimiento, que funcionan con leña finita o restos de hojas. Son construidas con elementos naturales, que se pueden reciclar o reutilizar”, contó Cerdá.

También trabajan en Pedro Luro, donde formaron un grupo con mujeres que han sufrido violencia de género: “Nos pareció importante poder fortalecer en lo que pudiéramos a estas personas que han sido explotadas y humilladas. Además, cuando empezamos a trabajar en economía solidaria, nos dimos cuenta que las mujeres iban a las reuniones con sus hijos, y que de esa manera también podíamos trabajar con las niñeces”.

El proyecto incluye la construcción de un invernadero donde ubicarán plantas autóctonas para el arbolado, y también ornamentales y aromáticas.

Apuesta a la agroecología

Con el objetivo de recolectar dinero para mantener a flote a la Asociación, y poder seguir generando proyectos, La Fuente comenzó a realizar ventas de bolsones de verduras agroecológicas, de productores y productoras familiares.

“Nos interesa mucho todo lo que tiene que ver con promover un consumo responsable, ético, ligado al cuidado del medio ambiente, y al mismo tiempo dedicado a cuidar la salud de las personas. Es una labor educativa a largo plazo, que lleva mucha energía y mirar desde perspectivas que no estamos acostumbrados”, afirmó la directora de la Asociación, y reflexionó que “hacer una huerta o comprar agroecológico parece algo utópico, pero no lo es, ni lo debería ser”.

Las y los integrantes de la agrupación se reúnen cada quince días para planificar próximas actividades en la Biblio Fija y Ambulante, en Sixto Laspiur 456. Para más información sobre sus iniciativas, se puede consultar su página de Facebook e Instagram.