La Agencia de Extensión Rural INTA Santa Rosa dictó un taller sobre los principales aspectos de este cultivo.

En el mes de diciembre se llevó a cabo en la localidad de Toay un taller acerca de la temática. La familia Rabinovich ofició de anfitriona, por cuanto cuenta con seis años de experiencia en la producción del vegetal.

El taller abordó los aspectos esenciales del cultivo del Asparagus officinalis -espárrago-, que pertenece a la familia de las liliáceas y tiene una vida productiva de 8 a 10 años y es habitual encontrarlos silvestres en zonas de quintas del área periurbana.

Se adapta a muchos climas, aunque los óptimos y más suaves son los de primavera temprana. Necesita suelos permeables y un período vegetativo mayor de 90 días, normalmente durante las bajas temperaturas invernales ya que en climas calurosos ese periodo es menor.

Lo productivo y comestible de esta singular planta -turiones-, comienza a desarrollarse en primavera cuando la temperatura supera los 12 grados y su necesidad de agua es moderada, ya que se riega solo para mantener el nivel de humedad del suelo y para que la planta pueda formar los turiones, que se ramifican cuando pasan la altura de 15 o 20 cm.

Su parte aérea se denomina fronde y es la encargada de transformar las sustancias químicas en materia orgánica y crear las reservas que le permitirán producir al año siguiente.

Muchos estudios sugieren incrementar el consumo de espárragos ya que, disminuyen el riesgo de padecer obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas, además de favorecer la salud de la piel y el cabello, y aumentan la energía ya que contienen ácido fólico.

Fuente: Ecos de la tierra.