Tango, te quiero
Asoc Bahiense de Tango 2
La Asociación Bahiense de tango organiza clases y milonga, la música y el baile atraen a un público incansable, que no se aminora con las noches estivales.
 Los martes a las 20 horas son la cita en Lamadrid 387; las parejas se aproximan a la pista, y se dejan guiar por docentes. La clase comienza con la caminata y continúa con el abrazo, no pasa mucho tiempo y las parejas, formadas espontáneamente, encuentran el espacio, el tiempo y el ritmo para aprender un clásico que siempre está de moda.
«Vamos iniciar con la caminata, es una manera de encontrarnos con el ritmo», comienza Gustavo Rodríguez la clase con más de 30 asistentes, ávidos de aprender tango y compartir una noche junto a otros.
«Todos los años hay actividades en el verano, tratamos de no cortar, porque es una entidad sin fines de lucro y necesitamos que la comunidad se siga sumando», describe Noralí Polanco, bailarina e integrante de la Asociación Bahiense de Tango (ABT). «Estamos tratando de darle un poco de empuje a la Asociación, se están viendo los resultados ya que hace pocos meses estamos encargados de la actividad», agrega Enrique Bodini, «conservamos una estructura que va más allá del estilo de cualquier profesor, tratamos que la gente se inicie en el tango de una manera que podamos dar los lineamientos, fácil, para que puedan acoplarse».
La Asociación abre sus puertas de una manera generosa, la entrada es un aporte mínimo para sostener la tarea, y dentro de su oferta de aprendizaje, cuentan con aportes de clases de otros profesores y bailarines, que también brindan su conocimiento en fechas acordadas y publicadas en la fan page. «Invitamos a todos los profesores, este es el lugar que nuclea el tango en Bahía Blanca». ABT se formó en el año 2003, los primeros años tenían sede en Residentes Pampeanos, y finalmente se identificaron con el salón de la Unión Vasca.
Lo poco que suma
«La base del tango es la caminata, entonces se explica después de qué se trata el abrazo, y caminar juntos, no sabés nada de tango, pero en la primera clase podés decir que bailás, te podés abrazar a otra persona y entendés el diálogo corporal, el baile es eso». A medida que las clases avanzan, el lenguaje corporal fluye y muestra las claves de este baile. ABT inicia a los interesados, es un servicio, una invitación, «si hay gente que quiera seguir bailando o perfeccionándose recomendamos clases para avanzados en los otros espacios que se dictan en la ciudad».
La música es el factor determinante a la hora de la clase, «hacemos hincapié en bailar al compás de la música, también en el comportamiento dentro de la pista, porque a las 10 de la noche se llena con la milonga, y se pone pesada para transitar, damos los lineamientos básicos para que no se choquen o golpeen». Sumergidos en el abrazo caminado bajo la mirada de Natalia Gastaminza, los participantes se abstraen del mundo cotidiano, transportados en atención y sentir tanguero, «este es un submundo, corremos el telón y nos encontramos con otra realidad».
Con el objetivo de contagiar tango y encuentro, ABT adapta a las costumbres y tiempos actuales la oferta educativa. «La época de oro del tango estuvo marcada por los bailes masivos, sobre todo en clubes, también recordamos que Bahía Blanca se destacó mucho por un muy buen nivel de baile, eso se generó en la época estaba de moda se acercó muchísima gente, cuando venían maestros y milongueros de Buenos Aires remarcaban esto, el buen estilo y la buena manera de bailar». Los profesores aportan sus experiencias en el exterior, donde dieron clases recientemente, México e Italia, como también sus participaciones en los mundiales de tango.
Un segundo momento está marcado por la milonga, la pista se agiganta para recibir a principiantes y entendidos. «La música en una milonga es lo más importante, si el dj no pasa buena música la gente que es más arraigada al género deja de venir, es también una forma de ser buenos anfitriones». La milonga, la que se arma después de la clase atrae más bailarines, «se acerca la gente que le interesa el tango, le gusta el tango, milonga y vals, no es como otro baile social que puede ofrecer algo más variado». Revalorizando las canciones tradicionales, se rememoran los años ´30, ´40 y ´50, «que no se escuchan en las radios en los horarios habituales, que no se difunden tanto por otros medios». En busca de estar en modo tango, ABT abre ese mundo, aún oculto o paralelo dentro de la ciudad, para ofrecérselo y hacerlo crecer. «Quisiéramos que fuera cotidiano, que uno se encuentre en todos lados, en las calles». El trato con el tango es la búsqueda de lo popular y lo nuestro, «viene gente de todas las edades, nos importa mucho que se acerquen los jóvenes, tratamos de integrar a toda la comunidad».
CUESTIÓN DE CÓDIGOS
«Las reglas de la milonga no son caprichosas, cumplen una misión fundamental. Son vitales para evitar desencuentros y ordenar un espacio social para disfrutar y que cada uno debe respetar», apuntan desde su fan page ABT. Por lo tanto, para ingresar a la pista a bailar, el hombre y la mujer deben entrar juntos por alguna de las esquinas de la pista, es lo más recomendable, porque hay un espacio formado por el vértice de la misma y la línea circular imaginaria de la circulación.
El hombre es el que debe tener el cuidado al momento de ingresar a la pista. «Si lo haces por los lados y no por las esquinas, debido a la forma estructural de la ubicación de las mesas, no habiendo lugar para caminar entre ellas para llegar a las esquinas, hacelo con suma atención, espera que se forme un hueco e ingresá teniendo cuidado de la pareja que siempre viene detrás de tu posición. Nunca debes ingresar cuando está pasando una pareja bailando, la mujer no podrá verte de hecho viene circulando de espaldas y el hombre que circula por su carril, no te verá por su derecha y es probable que al no verte te choque». La pareja que está bailando tiene absoluta prioridad.

 Autor: Redacción EcoDias

Categoría: Cultura
2018-03-16 19:44:54
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