“Nunca subestimen a un Don Nadie” advierte el lema publicitario de este estreno de acción. 

¿Cuántas veces se filmó la historia de un agente especial o un asesino a sueldo que ha logrado retirarse, pero que por una u otra circunstancia debe volver a los tiros, patadas y bombazos? 

No vale la pena hacer la cuenta, pero una de las últimas ocasiones destacables llegó con John Wick (Chad Stahelski; 2014) y sus secuelas; cuyos productores -no satisfechos con ese éxito y las ganancias obtenidas de presupuestos relativamente bajos-, decidieron llamar al mismo guionista y lanzar esta Nadie, una versión suburbana y familiar pero igualmente bestia dirigida por el ignoto ruso Ilya Naishuller.

La trama se centra en Hutch Mansell, que en los 20 primeros minutos se nos presenta como un padre de familia que trabaja en la metalúrgica de su suegro, cuyo matrimonio con Becca empieza a hacer agua y que a pesar del amor por sus dos hijos está harto de la rutina. 

Pero al querer sacarse la bronca con unos pandilleros que intentan propasarse con una adolescente hiere al hermano de un mafioso ruso que lo persigue para vengarse y le recuerda a sangre y fuego como era su vida anterior. 

Más de lo mismo con una diferencia ventajosa: el protagonista es Bob Odenkirk -el mismo de la serie Better call Saul-, que hace creíble la acción desmedida en contrapunto con temas musicales estupendos y bastante humor negro y a quien dan ganas de ver nuevamente aunque sea puro aprovechamiento del filón comercial. 

Advertencia: Entre los títulos del final hay una escena extra con los dos secundarios más divertidos.  

Ficha técnica/ Dirección: Ilya Naishuller. Guion: Derek Kolstad. Música: David Buckley. Fotografía: Pawel Pogorzelski. Intérpretes: Bob Odenkirk, Connie Nielsen, Aleksey Serebryakov. Origen: USA, Japón; 2021.