Un vistazo al violento ambiente que rodeó la infancia y adolescencia del mafioso Tony Soprano.

La serie Los Soprano (1999/ 2007) fue una de las que elevaron la categoría de las ficciones televisivas de mero entretenimiento rodado en estudio, a casi el mismo nivel que las cinematográficas. 

Después del último episodio abundaron los rumores de secuelas o desprendimientos, que finalmente se han concretado en Los santos de la mafia, una precuela situada entre los últimos años sesenta  y los primeros setenta, que como adelanta el título original y su adecuada versión castellana se centra en la mafiosa Familia Moltisanti de la ciudad de Newark y en particular en Dikie – lucidísimo Alessandro Nivola- el menor de los hijos del capo y tío favorito y mentor del adolescente Tony Soprano. 

Lo más atractivo de la propuesta de los guionistas – entre los primeros David Chase creador de la serie- y el director Alan Taylor -responsable de muchos de los viejos los episodios – sea la secuencia de apertura en el cementerio,  donde a medida que se recorren las lápidas se oyen las voces de muertos reconocibles por los televidentes memoriosos y se termina con la del guía de ultratumba de todo este drama  criminal. 

Lo demás se resuelve como un largo y bien ambientado episodio lleno de referencias a la serie, que suma una línea de relato relativa la tensión racial que enlaza con la actualidad, pero recorre cada tópico del subgénero gansteril, mientras Tony – interpretado por el hijo de James Gandolfini- va perdiendo oportunidades de elegir otro camino que el criminal de sus mayores. 

Ficha técnica/ Dirección: Alan Taylor. Guion: David Chase  & Lawrence Konner. Fotografía: Kramer Morgenthau. Intérpretes: Alessandro Nivola, Ray Liotta, Vera Farmiga, Michael Gandolfini. Origen: USA -2021.