Los ritos

Un proyecto se convierte en obra, una obra se transforma en relato de una etapa crítica de la vida, el público y la obra son el mismo relato. La obra teatral dirigida por Jorgelina Fernández y actuada por nueve jóvenes describe cuerpo, mente y espíritu de los adolescentes de nuestra cultura.

Después de un arduo trabajo de investigación, Jorgelina Fernández accede a dirigir la Comedia de adolescentes, perteneciente a la Escuela de Teatro local. “Fue el año pasado, había que presentar un proyecto defendiendo la obra que se quiere poner en los escenarios de las escuelas” comenta la directora en charla con Ecodias. “En esto de darles clases a adolescentes lo que me interesaba era poder crear una obra que el convivio entre espectador y obra fuera por identificación, no quería hacer una baja de línea al adolescente o bajarle un valor moral, sino que constantemente desde estar en el aula me preguntaba por qué a veces los adultos redundamos en el estereotipo del adolescente, y no recordamos que es un proceso, del cual ellos, y en su momento nosotros, poco podemos decir con palabras pero sí expresar”.

Haciendo hincapié en textos y aportes de especialistas, sumado a la experiencia de actrices y actores, la creación colectiva fue creciendo. La investigación realizada por la directora en relación a los procesos atravesados por los jóvenes fue acompañada por psicólogos que trabajan con adolescentes, la cultura del arte muy reflejada en los graffittis. En el mes de marzo se conformó el elenco, convocado para participar. La obra propuso disparadores, sin embargo es la creación colectiva, producto de la investigación y el aporte de todos los participantes. “El elenco es maravilloso, son actores entre 19 y 27 años, pertenecen a la Escuela de Teatro, muchos de ellos pertenecen al 3° año, en este proyecto al ser creación colectiva era más conveniente que hubieran pasado la materia Actuación”, teniendo asumidos roles y conceptos básicos el trabajo redundó en resultados muy positivos.

“Trabajamos sobre los duelos de la adolescencia con un libro de Psicología de Aberastury, también los primeros entrenamientos físicos quería que tuvieran herramientas para defender el proyecto desde el cuerpo. Toda obra presenta un conflicto, el conflicto acá era el propio crecimiento, entonces realizamos ejercicios donde todo se trabajó desde el impulso y la palabra iba a tener que llegar como una necesidad, no como una fortaleza o como un texto, buscar un lenguaje adolescente y ver que cuando se conforma la palabra también es un proceso de la adolescencia. Trabajamos la pre-adolescencia, fueron muchísimas horas de trabajo con aciertos y desaciertos, con el vacío que provoca saber si íbamos a llegar, también queríamos poner una línea y no transformarnos en un estereotipo adolescente”. Una vez que llegó ese proceso desde la lectura, la música y el ensayo, “empezamos a pensar cómo sería la infancia de estos pre- adolescentes, y también todo el tiempo estábamos con el tema de no juzgar”.

Nadia Palma, bailarina de Danzas Contemporáneas que dicta clases en la Escuela, aportó sus conocimientos para lograr el aspecto coreográfico, fundamentalmente en relación con la aparición en la infancia de los impulsos en el cuerpo, “y cómo les iba llegando ese cuerpo antes que ellos pudieran hacer un proceso, como le pasa al adolescente, antes de poder elaborar un pensamiento ante ese cuerpo que irrumpe. Construimos la coreografía, siempre dentro de la teatralidad, y lo último trabajamos fue la última parte de la adolescencia, donde ellos comienza a tener la necesidad de todo lo que fue muy experimental pase a ser concretado. Trabajamos mucho las relaciones entre pares, lo que tiene que ver con lo artístico, investigamos la incidencia de las imágenes, por qué los adolescentes hacen ciertos recortes en las imágenes fotográficas. Ellos fueron creando y construyendo un personaje que no es un estereotipo pero sí encarna un adolescente, entre ellos muy distintos”.

Uno de los puntos más importantes para Fernández era “nunca queríamos perder de vista para quiénes estaba interpretada esta obra, eso no es menor por la mirada para dirigirla y actuarla tenía que estar centrada en eso, de hecho por momentos no teníamos que dar cuenta que debíamos analizar si esta visión no era la del adulto frente a la adolescencia”. La obra conllevó 4 meses de armado, discusión, investigación, más ensayo y en este momento, están realizando la gira por las escuelas secundarias. “La experiencia está siendo maravillosa, el resultado se está viendo, el adolescente que la ve se siente identificado y acompañado en el proceso, la verdad lo que está pasando es increíble”. Las devoluciones del público son fantásticas, algunos no se animan pero otros lo hacen, “una chica le dijo a la actriz que parecía una buscona, pero lo interesante fue que terminó diciendo: no te preocupes, que vos sos yo”. En una búsqueda del adolescente auténtico, el desafío era no reflejar cuestiones propias, “hay algo del cuerpo de muda, que cambia, algo de quien no se siente del grupo para nada y cuando lo involucran parece que todo está bien pero no, entonces a dónde vayamos nos pasa que el espectador adolescente es muy sincero, quienes vieron la obra se ven reflejado en ella”. Después de la puesta en escena producida en la Biblioteca Rivadavia, el elenco y la directora fueron invitados a realizar una función en la cátedra de Psicología Adolescente en la Universidad.

UN TRÁNSITO

“Un mundo difícil de asimilar de la cual el adolescente poco puede decir pero sí expresar” cuentan los artífices de la obra. El elenco está conformado por Aldana Iseppi, Carlos Velasco, Florencia Sánchez, Jaquelin Guzmán, Laura Anglade, Luana Chia, Micaela Capiricci, Nerina Ailén Borocci y Sofía Laher, bajo la dirección de Jorgelina Fernández. Se puede solicitar fecha por correo electrónico con el asunto Ritos a: [email protected].

Autor: Redacción EcoDias

Categoría: Cultura
2017-11-28 13:30:44
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