Lo cotidiano, el ayer y el hoy
Lo cotidiano, el ayer y el hoy
El Galpón Enciclopédico de Bella Vista erige lecturas posibles del pasado y del presente. “Acá no se compra ni se vende. Acá se piensa, se reflexiona”, cuenta un afiche que exhibe a una mujer preparando unos huevos fritos, una forma de dar la bienvenida a un espacio para recorrer con la pretensión de interrogar.
“Es una colección, hay una dominante de objetos de cocina y de oficios barriales. Es decir, tienen cierta identidad en la elección. Y después hay una propuesta para usarlo como excusa para plantear temas de todo tipo”, introduce Reynaldo Merlino, uno de los conductores del lugar. “No es el trabajo convencional de detenerse en el objeto, describirlo, sin ignorar eso darle otro sentido, un sentido a través de la política, la religión, el sexo, por donde fuere, pero va mutando permanentemente”, completa.
El Galpón se encuentra ubicado en San Lorenzo 710 y se abre dos veces a la semana, los jueves de 10 a 12.30 hs. y los sábados de 15 a 18 hs. Lo visitan vecinos, vecinas, grupos de escolares, entre tantos.
Cuestionar
“Las mujeres que aparecen son en afiches de los años ´40, que han sido intervenidos entonces le hemos dado una voz crítica y fuerte. Ella sigue haciendo huevo frito pero cuestionando lo que pasa alrededor», afirma Merlino mientras señala el cartel en el ingreso. Surgió el espacio en Bella Vista puesto que la propiedad pertenece a Gustavo Monacci, quien también dirige con Merlino el espacio. Monacci es quien coleccionaba los objetos, «no fueron acumulados sin ton ni son, porque tenían algún sentido en la elección pero estaban apilados, llenos de tierra, y eran simplemente un montón de cosas sin significación social”. Asimismo cuentan con el asesoramiento y ayuda de Julieta Ortiz de Rosas, que se ocupa de las relaciones institucionales y barriales.
Las mujeres de los afiches y fotografías cocinan, dan consejos, se muestran sensuales o recatadas, una de ella desafía: “no compre dólares, compre Lux”, jactándose de una ropa muy limpia, otra casi enfrente provoca, convertida en musa paradisíaca. Por aquí y por allá, muebles de cocina, maderas, elásticos y respaldos de camas, mesitas de luz, cocinas a leña, guardaplatos, miniaturas y juguetes.
“La variedad de objetos y la variedad de situaciones hizo pensar en una enciclopedia, todo lo que contiene un gran libro. El otro día pensaba es como la enciclopedia en fascículos, faltan fascículos, son como fascículos sueltos de una gran enciclopedia, que es difícil de abarcar y difícil de encuadernarla. No hay un modo lineal de leerla. Cada stand parece parte de una feria enciclopédica, cada stand está proponiendo cosas, es una propuesta que vamos variando, vamos tomando temas actuales o vamos tomando temas del pasado que se vinculan. Siempre con un poco de ironía y una propuesta de humor simultánea para que no sea muerte y nostalgia en la lectura”.
Los carteles y palabras sueltas acompañan el recorrido, «están hechos con la buena y la mala intención, con ambas», ríe Merlino, «son pruebas que se están haciendo, lo primero que hicimos es trabajar con los verbos, digamos qué verbos se ponían en acción a través de esa mirada del objeto, entonces por ahí vos mirar: batir, asesinar, quemar, violar, amar. Hay un trabajo con unos elásticos viejos de cama por allá, con una foto matrimonial, todos los verbos que podían aparecer en el hecho de estar en una cama, de mirar o de ver una cama. Es un discurso abierto, ahora más abierto que nunca», invitó a la reflexión.
Promesas
Boletas de elecciones en el baño, ¿por qué será?: «eso surgió después de una elección, a mí me interesa acopiar la propaganda política y ver el modo en que se expresan los políticos, ver qué prometen. Termina la elección y dónde va a parar todo eso, como no tiene gran sentido. Lo único que queda es la realidad de la elección”. Una propaganda política promociona al Dr. Alfonsín, quien pedía votos para que llegue el cambio tal como lo hizo el partido de Mauricio Macri en la última elección presidencial. “La historia parece ser cíclica”, agrega Merlino en el recorrido. “Por eso tenés ese sector donde se trabaja la palabra: cambio, que apareció desde hace mucho tiempo».
La muestra integra varias obras artísticas, “Un saquito de té”, de Oviedo; “Abrigo lácteo” de Guillermo Beluzo; dos esculturas en madera de Polo, un artista de Villa Rosas y también se pueden ver de cerca los enanitos de jardín de Jorge Mux. «Estas son obras de artistas que se confunden con una sartén, con un cucharón, y que también cobra otra significación, creo que los objetos aún disímiles y dispares dialogan. Y uno se puede preguntar incluso cosas que hacemos en algunos talleres, qué le puede haber dicho esa obra a un objeto que está al lado aunque parece que no tuviera nada que ver». La idea de Monacci y Merlino es integrar propuestas de arte contemporáneo, combinarlas con la historia, hacerlas convivir con la historia para terminar un poco con el concepto de obra en la galería, de obra de artista. También juegan a recrear espacios al estilo la Divina Comedia, «la cocina del Purgatorio”, señala, “y hay una cocina de la década del ´10 que está llena de objetos de herrería, con los supuestos utensilios representativos de ese espacio. Hay un pequeño pasaje al Infierno, donde hay una colección de maderas. También hay una llegada al Paraíso, se ve a la Eva que está en un muro de cajas de banana, es la Eva que nos habla de los paraísos, y a su vez, habla de los paraísos fiscales, por eso te digo que las cosas dan vuelta permanentemente. Incluso hay un tanque de zinc que dice Bella Vista Paraíso Fiscal».
Un gran porcentaje de los objetos son biográficos, son un poco producto de haber vaciado las casas de parientes, “entonces hay objetos de su padre, de su abuelo, que tienen esa definición de objetos biográficos. Y aparecen los objetos intrusos, que los meto yo, para romper la pasividad, como las cajas de bananas, un cartel, una propaganda de una fábrica de jamones, cosas que no tienen nada que ver pero que son más vitales desde mi punto de vista”.
Con un año de apertura, se dedicaron un buen tiempo al acondicionamiento y limpieza del lugar. “La muestra siempre está en construcción, porque esto que es una calle de cocinas es como una comida que se va probando a ver cuál es el punto para insertarla en un recetario, aunque no hay receta para esto. Por eso, estamos probando con los verbos, probando cuál es la reacción del que mira”.
El Galpón cuenta en su haber con visitas escolares, presentaciones de libros, un ciclo de narradores en el patio, «además esta calle cuenta con el paso de la comparsa Umirá, curiosamente pasan todos los sábados por acá, ellos periódicamente hacen un taller para chicos en estas instalaciones”. Una bolsa disidente cuelga de una cocina, “pone en cuestión todas las normas, todo lo establecido”.
El recorrido admite comentarios, preguntas y hasta un copita de licor, “uno no puede negar la mirada que a través de un objeto te lleva a un pasado inmediato, y fijate que es la biografía de quien colecciona y la biografía de quien mira, creo en todas las lecturas, las que se den en distintos niveles”.
A una cuadra del Parque Independencia el Galpón espera tu visita para proponerte reflexionar un montón de objetos que reviven en muchos sentidos.
El Galpón está en San Lorenzo 710. Abre los jueves de 10 a 12:30 horas y los sábados de 15 a 18 horas.
 

Autor: Redacción EcoDias

Categoría: Cultura
2017-09-19 17:00:31
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