Una animación que destaca con su derroche de humor y por salirse del molde. 

La familia Mitchell versus las máquinas o Conectando según su título alternativo, es una aventura familiar producida por Sony Pictures Animation y estrenada el pasado 30 de abril en la plataforma de streaming Netflix, que ha sido una sorpresa agradabilísima por la frescura de su factura visual que incluye dibujo tradicional y digital y casi todas las texturas posibles.

En los créditos se pueden ver las razones de esa frescura, ya que entre sus responsables están los mismos de la alocada serie Gravity Falls: Un verano de misterios (2012) y el estupendo largometraje Spider-Man: un nuevo universo (Bob Persichetti, Rodney Rothman, Peter Ramsey; 2018), que en este caso presentan un apocalipsis planetario provocado por la rebelión de todas las maquinas inteligentes. 

Ejército de robots y aspiradoras comandado por PAL, una villana al modo del HAL de 2001: Odisea del espacio (Stanley Kubrick; 1968); mientras que única esperanza de salvación para la humanidad son Katie, Aaron, Rick y Linda Mitchell, a pesar de su relación disfuncional y sus torpezas. 

Una seguidilla de peripecias con un gag hilarante cada pocos minutos, capaz de atrapar a los más chicos con su colorido y personajes – al frente el irrepetible perro Monchi-, a los más grandes con sus referencias y si por un lado machaca el viejo mensaje de “no hay nada como la famiglia unita” por el otro encanta con su delirio fuera de serie, aunque ya puede vislumbrarse alguna secuela en el horizonte. 

Ficha técnica/ Dirección y guion: Michael Rianda, Jeff Rowe. Música: Mark Mothersbaugh.  Edición: Greg Levitan. Origen: USA, Canadá, Hong Kong; 2021.