La cultura de estos tiempos
Santiago Kovadloff 1_0
¿Qué importa entender por cultura en el mundo actual?¿Cuáles son los desafíos que enfrenta la cultura del siglo XXI?¿Qué buscamos los humanos de este tiempo?¿Dónde queremos llegar? Estos interrogantes fueron propuestos por el licenciado Santiago Kovadloff, filósofo y ensayista.
“Normalmente, la noción de cultura está asociada al despliegue de actividades que podríamos denominar como creativas o artísticas, en el sentido amplio del término y aún la ciencia” introdujo Kovadloff frente al público presente durante su conferencia. “Llamaremos cultura a aquello que conceptualmente y vivencialmente hemos hecho con nuestra experiencia”, amplió, “incluye la política, el ambientalismo, infinidad de aspectos que normalmente el concepto no suele referir”. De esta manera, la cultura definiría un repertorio característico de la experiencia que ha vivido la civilización desde mediados del siglo pasado hasta hoy. “Tratar de entender qué nos sucede es para mí la expresión que viene desde la cultura, es decir, de qué índole es la experiencia que nos toca vivir”, según el especialista la explicación se vincula con la idea de contemporaneidad, “que significa ser hombres y mujeres de este tiempo; no pertenecemos por una mera circunstancia cronológica, nadie puede jactarse de ser hombre o mujer del siglo XX o XXI porque ha nacido en ellos, esto es una fatalidad cronológica”.
Contemporáneos
El autor reconoce la diferencia entre contemporaneidad y coetaneidad, “somos coetanos de una época porque estamos inscriptos en ella, en cambio la contemporaneidad es un atributo espiritual, porque tiene que ver con la capacidad que tenemos o podemos llegar a tener de entrelazar en nuestra conciencia nuestra experiencia privada y pública, nuestra intimidad con lo social”, explicó. Contemporáneos son aquellos individuos que han comprendido qué tiene que ver con lo que cada uno se propone y dice querer, con el momento en el cual le toca vivir, en el sentido estricto. “Se pueden producir asintonías o disonancias en un orden espiritual entre los problemas que nuestro tiempo impone y las respuestas para darle”. Kovadloff ejemplificó el caso con una pintura que refleja el enarbolamiento de la bandera argentina en la costa del Paraná, allí aparece un hombre con vestimentas del siglo anterior al momento, sin embargo, él tira al aire un sombrero de tres picos, “entiende que está en un momento fundacional, aunque su ropa indique que es de otro tiempo”, este darse cuenta lo hace contemporáneo con los presentes, puesto que él comprende el momento histórico en el que se encuentra. “Puede haber una persona del tiempo en el que vivimos y sus ideas pertenecer al pasado, es decir, tener ideas envejecidas. Al envejecimiento de las ideas, a su estancamiento, contribuyen distintos elementos: el dogmatismo; la dificultad sentimental para desprenderse de creencias que un tiempo gobernaron nuestra vida y hoy no se las ve circular, y son ideas del pasado; la necesidad de aferrarse a convicciones, que no parecen tener el eco social que tenían, pero que para nosotros son imprescindibles”.
Kovadloff indicó que reconocer estas cuestiones no hacen del pasado un lugar sin valor, “al contrario, podemos discernir las demandas del presente si tenemos una conciencia clara de cuál es el repertorio de respuestas que el pasado nos brinda y que empiezan a ser hoy disfuncionales, aunque ayer hayan sido operativas”. Otras propuestas no fueron cumplidas, por eso gozan de vigencia, “son el resultado de la deuda no saldada con lo que propone”. Para explicar este concepto señaló la figura y obra de Juan Bautista Alberdi, “es un autor que viene después de nosotros, porque lo que propone aún no ha sido cumplido en muy buena medida”, aún queda cumplir por el federalismo que propone la Constitución propuesta por Alberdi, como así también, “han vuelto a ser deuda los ferrocarriles en nuestro país, la inscripción en el mundo a través del desarrollo equitativo de la justicia y del comercio siguen siendo deuda para la Argentina. Él propone algo que son deuda, debemos lograr ser contemporáneos de la extraordinaria propuesta”.
En el devenir de la cultura, la pintura y la música han roto con los cánones de su tiempo: qué pintaba Van Gog, qué componía Mozart. Lo que aparece, entonces, es “un choque entre pautas vigentes y discernimiento de lo nuevo”. El filósofo denominó a este estado disonancia, “y estamos expuestos todos, en la lucha con ella para tratar de entender que dice de nosotros lo que no terminamos de entender porque nos faltan categorías, consiste en buena parte de esto que yo llamo cultura, como posibilidad de discernimiento de nuestras creencias”.
El licenciado en Ciencias Sociales fue invitado por OSDE y el municipio local, y el 15 de agosto dictó la charla en el Teatro Municipal a sala llena, bajo el interés de cuestionar conceptos y marcar una hipótesis de pensamiento que nos permita a los humanos entender lo que sucede y nos sucede en el siglo que estamos viviendo.

Autor: Redacción EcoDias

 

Categoría: Cultura
2017-09-27 21:26:13
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