Una aventura amazónica con aire retro, actualizada con algo de ecología y corrección política. 

Disney no da puntada sin nudo y en este caso vuelve a darla casi en el mismo lugar, porque publicita una de las atracciones de sus parques temáticos por medio del cine, como ya hiciera exitosamente con la saga de Piratas del Caribe. 

En Jungle Cruise retoma la movidísima travesía en barco del juego, asigna los protagónicos principales a ese musculoso imán para el público que es Dwayne Johnson y a la británica Emily Blunt y la realización al catalán Jaume Collet Serra, que pasa correctamente del thriller al género de aventuras.   

Por su parte, la trama está entre la de Tras la esmeralda perdida (Robert Zemeckis; 1984) y La Momia (Stephen Sommers; 1999) y sitúa la abundante acción en 1916 en la selva amazónica, donde una científica y su hermano se adentran buscando las flores sanadoras del legendario “Árbol de la Vida” a bordo del destartalado barquito del poco confiable Capitán Frank Wolff, con quien compartirán los peligros naturales y la persecución de unos cuantos competidores. 

Esto sería rutina con fuerte olor a franquicia, donde ciertos personajes como el de Paul Giamatti salen sobrando y el CGI en los primeros planos de los animales luce poco creíble, si Disney no llevara casi un siglo en el negocio del entretenimiento y lograra que la peripecia atrape, los protagonistas sean empáticos, los villanos cumplan y sorprender con un giro fantástico en el tercer acto. 

Balance final: dos horas pochocleras en el buen sentido, porque impulsan a releer a Julio Verne. 

Ficha técnica/ Dirección: Jaume Collet Serra. Guion: Michael Green, Glenn Ficarra & John Requa. Música: James Newton Howard. Fotografía: Flavio Martínez Labiano. Intérpretes: Dwayne Johnson, Emily Blunt, Jesse Plemons. Origen: USA; 2021.