Imperdible aventura animada con tanto disparate como misterio.

Un inconveniente de las plataformas de streaming con un catálogo extenso es que los estrenos o los títulos publicitados ocultan o condenan al olvido otros potencialmente mejores, como sucede con Gravity Falls (2012) en Disney+. 

Esta serie animada creada por Alex Hirsch se dirige al público infantil pero dista de ser el típico producto canoro y almibarado de los estudios del Ratón Mickey y su título para Latinoamérica, Gravity Falls: Un Verano de Misterios, adelanta que las verdaderas protagonistas de sus 40 episodios de poco más de veinte minutos son las peculiaridades de ese pequeño pueblo. 

Quienes movilizan la trama son los mellizos de 12 años Mabel y Dipper, que van a pasar las vacaciones de verano en la “Cabaña Misteriosa” de su Tío abuelo Stan, una tienda donde se venden baratijas engañosas a los turistas, mientras que el bosque y los cielos del lugar esconden verdaderos secretos que los niños intentarán desentrañar.

No es de extrañar que los expectores y la crítica la hayan distinguido, porque cada episodio desarrolla una historia atractiva en primer plano mientras suma detalles a otra mayor; los personajes están bien delineados sin importar que sean principales o secundarios – ¡el asistente Soos es maravilloso!- y recoge todos los hilos sueltos en el final. 

Esto último sucedió en 2016 apenas en la segunda temporada y a pesar de que cuesta despedirse de ese alocado universo, se agradece que Hirsch y su equipo evitaran el desgaste de tantos seriales. Obviamente, después se reprogramó varias veces en diferentes canales de televisión y plataformas online, hasta que el estudio de animación decidiera juntar todos sus productos y entrar en la guerra del streaming con Disney+, donde se puede disfrutar si se dispone de una cuenta.