Feria de Editoriales Autogestionadas
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Cumplió su décima edición el evento que reúne a las editoriales autogestivas. Tres días de intercambios y presentaciones, ventas y espacios compartidos en la Casa de la Cultura.
Banderines y stands hacen la bienvenida a los habituales y a los nuevos paseantes de una feria que muestra los trabajos realizados en las editoriales autogestionadas locales y regionales durante fines de noviembre o principios del mes de diciembre. “Fue un desarrollo político, de especialización, de complejizar el campo editorial, en realidad, la intención es que haya una visibilización de la industria editorial, que muchos puedan acceder a distintos materiales y también para que editores y escritores se crucen, ver qué está pasando, crear un campo cultural”, introdujo Lorena Curruhinca, integrante de Colectivo Semilla, editorial organizadora.
Personas y no números
Desde sus inicios la Casa de la Cultura fue el lugar que albergó la actividad de tres días, “la Universidad Nacional del Sur siempre nos apoyó y nos dio el espacio, a la vez, es una manera que se desarticule esa imagen de claustro porque está super vivo y pasan muchas cosas y personas”. Curruhinca aseguró que la convocatoria a través de los años ha sido sostenida, sin embargo, “no había imaginado llegar a la décima edición, está buenísimo”.
En las primeras ediciones de FEA se planteaba la necesidad de dar a conocer el material producido por Colectivo Semilla, fue la creación de una vidriera, “era una especie de mercado, para que la gente vea y compre el trabajo que estábamos haciendo y después pasó a ser una ambición personal y local donde se reconocía un mercado local, por lo tanto, una industria cultural, con la posibilidad de trabajar en esto” describió.
FEA contiene el condimento del encuentro, “que es muy interesante y vertiginoso, son tres días que pasa de todo, hay una mezcla variada de música, edición, poesía, proyectos culturales, libros y comidas”. Los organizadores no manejan números de editoriales o escritores invitados, “muchas de las editoriales que vienen están nucleadas en otros grupos, entonces llegan más editoriales que las que preveemos; escritores también, llegan unos o se bajan otros, es dinámico. Si bien hay nombres que están confirmados, siempre se suma alguien más, creemos que eso hace atractivo lo que sucede en la feria”.
Una de las constantes es la presentación de libros, “no solamente de editoriales, hay proyectos que no son tan formales, proyectos compartidos, proyectos multidisciplinarios, no es estrictamente de edición, sí de objetos libros”. Este año contó con muchas presentaciones de obras, “Piedra Parlante” de Carolina Baudriz, “Escribir sobre flamencos” de Mónica Ortelli, “La llave infinita” proyecto de trabajo de alumnas y alumnos de la Secundaria 14, “Covers” de Claudio Dobal, “Fichados” de Cristian Prieto, “Los pacientes” y “El interior” de Ana Rocío Jouli y Juan Delaygue, “Las fórmulas” de Carolina Rack, “Deuda y literatura” a cargo de Omar Chauvié, “Pircas” de Mica Ela, “Tonos de verde” de Helen Turpaud, “Pájaros o reinas” de Laura Forchetti y “Las mañanas de Luciano Lamtzev. “Es una manera de ver cuál es el estado de la literatura en la ciudad, previendo los posibles materiales a publicar”.
Dinamismo
La apertura cada día fue a las 16hs., se sumaron las voces de Alejandro Pereyra, Gary Vázquez, Dejá Igor y Efrén M. González, el arte de Carla Allende se pudo conocer en el taller Rolling Stories, la obra Las Perenganas, fue el aporte teatral y Golondrinas Ediciones se presentó en sociedad durante dos días.
Colectivo Semilla es una editorial de poesía, “nuestro criterio es muy personal, vemos cómo un libro interactúa con lo que se está produciendo, si puede llegar o no, cómo interpreta las preguntas de cierto estado de la literatura”. Con más de diez años de trayectoria editorial, no llevan la cuenta de escritores publicados, “algunos no se formalizaron como libros, son plaquetitas de papel que también entran dentro de la colección de la editorial, esos eran bastantes, creo que habremos publicado a más de 20 autores”.
Este año repitieron asistencia los integrantes de Ediciones Godot, “ellos se especializan en lo social, desde la crítica o desde el ensayo”, también llegó Botella al Mar, dedicados a la narrativa, “esta no es la especialidad de Bahía Blanca, que es un polo poético”, estas sumatorias le dan densidad a la FEA, “no solo están las editoriales locales, sino también de otros lugares”.
El movimiento de FEA articula con otras ferias, “eso es genial, que no quede circunscripto a un solo público”, en pos de este objetivo algunos autores de la Feria del Libro Punk, que se realizó el sábado, permanecieron en la ciudad y se hicieron presente viernes y domingo en los intercambios editoriales.
En relación con los recursos económicos, declaró que “una feria de tres días necesita pasajes, sonido, música, transporte, y materiales concretos, este año no hubo apoyo del Instituto Cultural, cuando estamos dentro de la ordenanza que prevee fondos para los eventos como estos”. Si bien desde las editoriales autogestionadas había un apoyo económico personal, se concretaba una ayuda municipal, “en esta gestión fue nula”.
El festejo de los diez años se realizó dentro de las actividades de la feria, “sorpresas y comidas, siempre son jornadas de encuentro y no pasa por el solo hecho de consumir un libro, que también es la acción principal, es una reunión de especialización y eso es lo que nos encanta que suceda”.

Autor: Redacción EcoDias

Categoría: Cultura
2017-12-19 16:20:37
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