Una rara experiencia ver esta remake Live Action del clásico homónimo estrenado por Disney en 1994.

Pretendida traslación, ya que no incluye actores como -entre otras- la reciente Aladdin (Guy Ritchie; 2019) y sólo se cambió la animación tradicional por CGI o imágenes generadas con computadoras.  

La trama y los animales humanizados son los mismos y de nuevo el Príncipe Simba vaga años por la selva creyéndose responsable de la muerte de su padre, pero cuando se entera que su hogar sucumbe bajo las garras despóticas de su tío Scar emprende la vuelta para defenderlo.

El tan asombrosa la reproducción del porte de los leones, el plumaje de las aves, los movimientos fluidos de los simios que si no hablaran, cantaran y bailaran apenas se los distinguiría de los reales, aunque ese esfuerzo en hacer creíble su aspecto les ha quitado expresión facial y capacidad de transmitir sentimientos. 

Afortunadamente se ha conservado la voz tonante de Earl James Jones como el Rey Mufasa; los temas musicales compuestos por el alemán Hans Zimmer para la anterior – ¡Imposible no canturrear “Hakuna Matata”!- y las payasadas de los renovados Timón y Pumbaa, que moderan la solemnidad general de lo que formalmente es un drama con un clímax violento. 

No obstante eso y los bellos panoramas y el evidente cuidado en los detalles ésta es una copia laboriosa del film original –toma por toma con excepción de algunas secuencias “femeninas”-, pero descolorida en más de una de las acepciones del calificativo. 

Y los Estudios Disney siguen firmes en su propósito de rehacer toda su filmografía animada porque le está dando millones, pero tendrían que poner los recursos tecnológicos al servicio de las historias y no al contrario. 

Ficha técnica.Direccion: Jon Favreau. Guion: Jeff Nathanson. Fotografía: Caleb Deschanel. Musica: Hans Zimmer. Origen: Estados Unidos, 2019.