El nacimiento de La Celestina
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Un mural que evoca la legendaria historia de La Celestina fue inaugurado en el Museo Taller.

“El mural es una obra de Pablo Oviedo, y está emplazado en los baños, sirvió para reinaugurar el sector, para darnos la oportunidad para repensarlos como espacios de muestra y tematización de ciertas cuestiones”, describe Nicolás Testoni, director de Ferrowhite.

La creatividad en la versión

El proyecto comenzó en los meses de verano, tiempos en que el museo taller está en actividad, con pocas visitas y mucho calor. Oviedo, el artista y autor intelectual y material de la obra es arquitecto y desarrolla funciones de mantenimiento y cuidado de las instalaciones de la ex usina, el taller y la Casa del Espía.

Celestina es una figura legendaria del puerto de Ingeniero White, a través de su leyenda se recuerda a una localidad con balnearios, creados de hecho por los habitantes y trabajadores. “Uno de ellos estaba emplazado junto a la usina Gral. San Martín, donde Celestina solía venir a bañarse o a pasar el día frente al mar, tanto en verano como en invierno, según dicen algunos testimonios”. Y a la hora de las semblanzas, la memoria y el recuerdo, la historia de Celestina toma diferentes estéticas y acciones. “Algunos la recuerdan alta y esbelta, otros petisita. Unos la conocieron joven, otros casi anciana. Está quien asegura que tenía ojos azules y quien sólo retiene de su aspecto el color de una piel curtida por el sol y la sal. En algún momento, Celestina Gómez se convirtió en leyenda. Como la de aquellos balnearios en los que pasó la mayor parte de sus días, la suya es una historia hecha de versiones innumerables y, a veces, contradictorias, un cuento contado a coro en el que las rutinas ordinarias de todo un pueblo se miran en el espejo de una existencia excéntrica, capaz de reclamar para sí el lujo soberano de pasarse la vida en traje de baño y chancletas”.

En estas posibles versiones de una mujer, recordada por muchos de sus habitantes, se la describe con una típica vincha en la cabeza o con flores en el pelo, algunos aportan que se la veía fumando y otras personas arriesgan que estaba enamorada de Raúl, hermano de la cantante Nelly Omar. Apodada la “reina del mar”, “la loca de la marea”, supo ser la Madame Butterfly de Puccini o la Venus de Botticelli. Mito, leyenda o verdad, Celestina trae una pregunta: ¿es posible conservar aquello que se transforma?

Dejávu

El mural evoca a una pintura célebre, “El nacimiento de Venus” del artista Sandro Botticelli, quien armó mucho revuelo en su época al pintar un desnudo femenino. De la vocación y admiración de Botticelli por la modelo retratada, Simonetta Vespucci, es posible marchar a la inmensidad del estuario local, y tal cual lo hizo el artista, Celestina esperaría por otro amor. “Este tipo de entrecruzamientos se propician desde el museo, como una apropiación de los íconos de lo que se conoce como alta cultura”. Sumado a esto, la presentación fue considerada “una pinturita, un nombre que por un lado porque alude a una gran pintura, muy conocida, y al mismo tiempo, el diminutivo también marca desde donde estamos viendo esa tradición pictórica”.

La oralidad es parte del registro del museo taller, “nos permite la dinamización de esa memoria, que no está cristalizada sino que está abierta a relecturas, por un lado hay un relato de su figura que la hace una suerte de personaje romántico, asociada a un amor que está en el mar, una especie de Penélope. Al mismo tiempo, en una mirada más contemporánea, aparece como una mujer que hizo, un poco, lo que quiso, se apartó de las rutinas pautadas para las mujeres de su tiempo, si se quiere se puede ver en esos relatos una lectura feminista, nos muestra que la identidad de una población se arma desde relatos que no están fijos, que cambian sus sentidos, que se reconfiguran y rearticulan, y que en definitiva, tienen una historia”. El museo se aboca a rescatar esta leyenda contada por otras y otros, el fin no es instalarla en un sentido sino resignificarla, actualizándola, “y esos relatos esperamos que sirvan para pensar el futuro, sin una mirada determinista”.

¡LEVANTAN VUELO!

Se presentó el primer libro de «Isla invisible», el proyecto de residencias en el estuario de Bahía Blanca realizado en el año 2017. Habrá versión impresa y digital para el texto. La experiencia fue producto de un trabajo conjunto entre Ferrowhite y el Servicio de Guardaparques de la Reserva Natural “Islote de la Gaviota Cangrejera”, coordinada por el artista Agustín Eduardo Rodríguez. La obra retrata las alternativas y las experiencias recogidas en el primer viaje. Participaron de la misma Laura Biadiú, Guillermo Beluzo, Massi Díaz, Julieta Gomez, Guido Poloni y Juliana Ramadori.
Sigue vigente la muestra del segundo viaje, “Miles de gaviotas” en la Casa del Espía. Quienes la visiten podrán ver las realizaciones del mendocino Darío Exequiel Ambrosio, Ana Monteiro, oriunda de Portugal, Maia Cosín, artista de Gualeguaychú, el porteño Federio Lamas y los y las locales, Martín Amodeo, Martín Baretta, Romina Tejerina y Mariana Torres.

Autor: Redacción EcoDias

Categoría: Cultura
2019-05-29 19:06:03
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