Un documental argentino sobre una ciudad uruguaya y su visionario fundador.

El balneario uruguayo Piriápolis es el centro de este documental o lo es en parte, porque su verdadero atractivo es Francisco Piria, que lo fundó en 1890 y lo bautizó con apellido.  

Lo anterior da para imaginar un registro entre histórico y arquitectónico, pero en los 78 minutos de duración de El mundo entero hay menos de eso que de leyenda, porque Piria nació en Uruguay a mitad del siglo XIX y lo habría educado en Italia por un tío jesuita, regresado a su país adolescente y sin un peso para conseguir una fortuna a fuerza de ingenio buscavidas y perseguir  el sueño loco de erigir un balneario a la europea en medio de la nada.

Definitivamente una leyenda, porque ni sus familiares, ni los investigadores  entrevistados apenas tienen documentos que prueben algo, mientras va creciendo una incógnita: ¿Piria era un alquimista y construyó Piriapolis siguiendo los principios de esa disciplina esotérica?

La estructura del film es clásica; con testimonios; panoramas de la ciudad – las transiciones entre las imágenes en blanco y negro de un viejo noticiero cinematográfico  y las actuales son un logro-, voz off y la usual recurrencia de tomas metafóricas –como las maquetas- de los documentales sin suficiente material de archivo, pero el multifacético Piria atrapa al espectador con sus contradicciones como hizo con el director argentino Sebastián Martínez.

Misterio subrayado por música vibrátil y sombra de fogatas en las ruinas de edificios monumentales, que puede verse en la plataforma de streaming Cine.Ar Play como parte del Ciclo “Jueves Estreno” del INCAA.

Ficha técnica. Dirección: Sebastián Martínez. Guion: Sebastián Martínez, Valeria Groisman. Fotografía: Diego Poleri. Música: Hernán Kerlleñevich. Origen: Argentina; 2020.