Este año, el escritor argentino será homenajeado con diferentes eventos.

El pasado 12 de febrero se cumplieron 4 décadas de la muerte de Julio Cortázar y para conmemorarlo Buenos Aires lanzó el “Año Cortázar”; una  amplia programación de lecturas, proyecciones y hasta un tour por lugares que transitó o se mencionan en sus textos, aunque hubiera sido menos necrófilo festejar los 110 años de su nacimiento el próximo 26 de agosto.

Lo cierto es que ambos aniversarios merecen recordarse porque Cortázar es uno de los exponentes más destacados de la literatura argentina del Siglo XX, aunque nació en Bruselas –por entonces su padre era diplomático en la Embajada Argentina en Bélgica – y murió en Paris, donde residió desde 1951.

Sin embargo escribió en el mismo castellano desde sus primeros textos editados en Argentina a finales de los años 30 y en su posterior obra, incluida novela Rayuela (1963), la novela que le dio notoriedad internacional como parte del Boom Latinoamericano, aun si sus ficciones desarrollan el fantástico cotidiano más que el realismo mágico.  

Muchos de sus textos se trasladaron al cine y si el film más notorio fue el thriller psicológico Blow Up. Deseo de una mañana de verano (Michelangelo Antonioni; 1966); en Argentina fue Manuel Antín quien le dedicó La cifra impar (1962); Circe (1964) y La intimidad de los parques (1965) y con quien mantuvo contacto epistolar para acordar laboriosamente sobre las realizaciones.

Correspondencia que dio pie al documental Cortázar & Antín: Cartas Iluminadas (Cinthia Rajschmir; 2018), que puede verse gratuitamente en la plataforma  Cine.ar Play y aporta un privilegiado panorama de su literatura y su personalidad.  

Breve introducción a un clásico, en un año ideal para descubrirlo o redescubrirlo.