Un batacazo global y lo más visto en Argentina en lo que va de este año.

Esta es la tercera vez que el archiconocido juego de Nintendo se traslada al cine y, si se tienen en cuenta los millones de espectadores que ha convocado, podría decirse que es la vencida.

Presenta a Mario y a su hermano Luigi tratando – sin mucho éxito- de demostrar que son buenos plomeros, hasta que una vieja alcantarilla de Brooklyn los expulsa en un universo paralelo.

Luigi queda prisionero del dictatorial Bowser en las Tierras Oscuras y Mario aterriza en el colorido Mundo Champignon, desde intentará salvarlo con la ayuda de la Princesa Peach. 

Una trama lineal que conserva la estructura de la correría original, donde a puro prueba y error se conquistan nuevos poderes y niveles; evidentemente dirigida al público infantil, aunque a los adultos que crecieron jugando con esos personajes se les dedican muchas referencias.

Producto que destaca principalmente por la calidad de la animación, subrayada por una banda de sonido que incluye sonidos y frases reconocibles – estas últimas se pierden con el doblaje- y temas musicales de los años en que el juego se consolidó.  

Por supuesto, se plantan algunas incógnitas –como el origen de la Princesa- para las futuras secuelas, porque se trata de una producción de Illumination, que sin arriesgar demasiado y a fuerza de franquicias ha sabido posicionarse como uno de los estudios de animación más fuertes de la segunda línea.

Respecto a la convocatoria local, superó el millón y medio espectadores en poco tiempo en cartel y sigue sumando.

Ficha técnica/ Dirección: Aaron Horvath, Michael Jelenic, Pierre Leduc, Fabien Polack. Guion: Matthew Fogel. Música: Koji Kondo, Brian Tyler. Origen: USA, Japón -2023. Calificación: Apto para todo público, con reservas.