Este mes se celebra el Día del Cine Nacional con proyecciones de varios clásicos argentinos.

La elección del 23 de mayo como Día del Cine Nacional tiene sentido por partida doble, ya que recuerda el estreno del primer film argumental argentino -una aclaración necesaria porque previamente se habían realizado varios registros documentales – y porque tal film fue La Revolución de Mayo. Un cortometraje estrenado ese día en 1909 en el Teatro Ateneo de la Ciudad de Buenos Aires.

Su director fue el pionero Mario Gallo, un inmigrante italiano, que llegó como músico, pero luego se dedicó al cine, realizando cortometrajes como Plazas y paseos de Buenos Aires (1907), El fusilamiento de Dorrego (1908), Camila O´Gorman (1910) y otros títulos mayormente relacionados con la historia argentina.

La Revolución de Mayo fue rodado en 35 milímetros, en blanco y negro y en sus cinco minutos desarrolla una reunión de los revolucionarios; el reparto de escarapelas en la plaza y finaliza con el nombramiento de la Primera Junta;  tres escenas con la cámara fija frente a un escenario que va del interior a exterior con un simple cambio del telón pintado del fondo.

Una suerte que se conserve, que fuera restaurado y pueda verse online, ya que la mayor parte de la producción silente argentina se perdió por descomposición del soporte o por incuria.

El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), celebró durante todo el mes aquel estreno, con la proyección de producciones emblemáticas en el Cine Gaumont – Espacio Incaa 0- con entrada libre y gratuita.

Mientras que los otros Espacios Incaa del país harán sus propios homenajes y en las ciudades que no lo tengan o lo hayan perdido como Bahía Blanca, la celebración quedaría a voluntad de exhibidores u organismos culturales locales.