Almodóvar retoma el tema de la maternidad y le da un giro inesperado.

El humor esperpéntico de sus primeros largometrajes o los melodramas kitsch que le dieron fama internacional ya no están, porque aun conservando su inconfundible estética Pedro Almodóvar prefiere rodar dramas intimistas con puestas clásicas como el estupendo Dolor y gloria (2019), previo a este Madres Paralelas.  

Las protagonistas son Janis –Penélope Cruz-, una fotógrafa que a sus cuarenta años está feliz de tener un hijo y Ana – Milena Smit-, una adolescente superada por esa situación.

El azar las lleva a la misma habitación del hospital donde darán a luz y entre contracciones compartirán confidencias, que las unirán dolorosamente en el futuro.

Trama que en la primera hora parece encaminarse lentamente hacia un culebrón aderezado con toques de suspenso, porque Almodóvar mantiene al espectador un paso adelante de los personajes e intentando imaginar sus reacciones, mientras que en la hora siguiente se acelera y convierte en otra cosa.

En un drama sobre la identidad, que aborda algo tan complejo como la recuperación de la memoria histórica, introducida por el hecho de que el bisabuelo de Janis es uno de los miles de desaparecidos durante la dictadura franquista.

Cambio de tempo y registro que desequilibra la acción, pero se atempera con las interpretaciones lucidas de protagonistas y secundarios; secuencias emotivas como la de recolección de muestras de ADN en el pueblo y la música estupenda compuesta por Alberto Iglesias.

Una pena y un signo de este tiempo que apenas se distribuyera en salas, aunque ya se estrenó en Netflix.

Ficha técnica/ Dirección y guion: Pedro Almodóvar. Música: Alberto Iglesias. Fotografía: José Luis Alcaine. Edición: Teresa Font. Intérpretes: Penelope Cruz, Milena Smit, Rossy de Palma. Israel Elejalde. Origen: España- 2021. Calificación: Sólo apto mayores de 16 años.