Un western crepuscular, basado en la novela homónima del estadounidense Thomas Savage.

En 1925, los hermanos Burbank son unos acaudalados ganaderos que viven y  trabajan juntos a pesar de sus diferencias de temperamento y objetivos; porque George está amablemente instalado en el siglo XX, mientras Phil rechaza violentamente cualquier cambio en su vida de vaquero de a caballo.

Una tensión que va in crescendo, desde que el primero se casa con Rose, una joven viuda cuyo hijo no encaja en los cánones de lo que se esperaba de un hombre en esa época y lugar.

Después de doce años, la neozelandesa Jane Campion volvió al largometraje y al primer plano del medio cinematográfico internacional, que conquistara con La lección de piano (1993).

En El poder del perro la directora aborda nada menos que el género americano por excelencia, aunque en una versión revisionista y cuestionadora de su épica, donde contrapone la belleza de los paisajes abiertos, al encierro de los protagonistas no sólo en su oscuro caserón, sino también en los límites de los mandatos de su sociedad, que hacen eco en el presente.

Dividida en segmentos a modo capítulos que delatan su origen  literario, la trama es sutil y ominosa en los detalles y se sostiene en las interpretaciones de Benedict Cumberbatch como supuesto epitome del cowboy, Kodi Smit-McPhee como su opuesto y Kirsten Dunst como la madre angustiada.

Una coproducción que tuvo estreno limitado en festivales; se puede ver en  Netflix desde 1 de diciembre último y es una de las candidatas más fuertes al Oscar a mejor film de 2021.

Ficha técnica/ Dirección y guion: Jane Campion. Música: Jonny Greenwood. Fotografía: Ari Wegner. Intérpretes: Benedict Cumberbatch, Jesse Plemons, Kirsten Dunst, Kodi Smit-McPhee. Origen: USA, UK, Nueva Zelanda, Australia, Canadá; 2021.