Una coproducción argentino- brasileña que versiona una novela de Clarice Lispector. 

El libro de los placeres es una rareza en varios sentidos; porque fue rodado como una coproducción argentino-brasileña y no se concretan muchas; porque versiona libremente una novela de la escritora brasileña Clarice Lispector cuyo estilo no lo facilita y porque se ha distribuido fuera de Buenos Aires y eso apenas sucede con films de medio o bajo presupuesto como este.

Estreno tardío, de los que aparecen fugazmente durante el usual bajón estival, duplicado por la competencia del Mundial de Futbol.

Saliendo de esos asombros, el título de la novela editada en 1969 es Un aprendizaje o El libro de los placeres, es más claro que el del  film y  refleja mejor la situación de la protagonista.  

Lori – interpretación de Simone Spoladore fue premiada en el 22º Bafici-. es una maestra de ciclo primario que se mudó a Río de Janeiro buscando libertad, pero encontró una crisis, ya que duda entre arriesgarse a una relación con Ulises  -un arrogante profesor de filosofía interpretado por el argentino Javier Drolas- o quedarse segura en su soledad.

Publicitado como un drama erótico y aunque tiene varias escenas sexuales sería más acertado calificarlo de drama introspectivo – un rasgo característico de la escritura de Lispector-; rodado en locaciones cariocas; estructurado en episodios- Luminiscencia, Un aprendizaje, La muerte necesaria en pleno día y El origen de la primavera-, cuyos diálogos suenan algo retóricos y revelan el origen literario, pero que logra sorprender con un final a contramano.

Ficha técnica/ Dirección: Marcela Lordy. Guion: Josefina Trotta. Música: Edson Secco. Fotografía: Diego Garc, Mauro Pinheiro Jr., Leticia Ramos. Intérpretes: Simone Spoladore, Javier Drolas, Felipe Rocha. Origen: Argentina, Brasil; 2020. Calificación: Sólo apto para mayores de 13 años, con reservas.