Una precuela que supera la formula previa y logra atrapar de principio al fin.

Salvo los villanos que usan al planeta Tierra como coto de caza, La presa no tiene demasiado que ver con la primera Depredador (John McTiernan; 1987) o sus tres secuelas y ese es su mayor acierto.

La acción se ha trasladado tres siglos atrás a las praderas de América del Norte y su protagonista es Naru, una joven comanche que tiene dotes de sanadora como su madre, pero preferiría ser una cazadora como su hermano mayor y su difunto padre.

Se ha estado preparando para ello y sólo le falta conseguir una presa importante para iniciarse y ser reconocida por su comunidad, aunque el destino le tiene reservado un asesino alienígena en vez de un animal salvaje.

Segundo largometraje del director Dan Trachtenberg, que también coescribió un guion que atrapa a pesar de desarrollarse con la usual cuenta de cadáveres; gracias a la estética naturalista y a la protagonista – Amber Midthunder desconocida hasta esta energética interpretación -,  que casi sin necesidad de palabras consigue la empatía del público al enfrentarse a lo desconocido con una pequeña hacha, un perro y el ansia por demostrar su valía.

Por supuesto hay bastante gore y varias coincidencias, pero se disculpan  ante sus méritos evidentes y hacen lamentar que no pasara por las salas en vez estrenarse directamente en streaming.

Y… puede que haya nacido otra saga, ya que algún Depredador podría haber hecho de las suyas en la Edad Media o en cualquier otra época.

Ficha técnica/ Dirección: Dan Trachtenberg. Guion: Patrick Aison,  Dan Trachtenberg. Música: Sarah Schachner. Fotografía: Jeff Cutter. Intérpretes: Amber Midthunder, Dakota Beavers, Stormee Kipp. Origen: USA- 2022.