Marilina Rojas es la emprendedora detrás de “Totoro”, un proyecto de papelería creativa que busca sacar lo mejor de cada emprendimiento o evento para el que se la contrate, a través de la conexión con aquellos detalles que hacen la diferencia. 

“La idea surgió después de que mi hijo cumpliera un año, en el 2017, cuando empecé a preparar el festejo de su cumpleaños. Y, finalmente, empecé en 2019. Mi idea principal era dedicarme solo a cumpleaños, pero la pandemia me llevó a redireccionar el proyecto, por lo que sumé emprendedores”, comenzó Marilina. 

Motivada por la consigna “No dejemos de celebrar” y comprometida con el asesoramiento a familias que buscan hacer de sus celebraciones eventos inolvidables, “Totoro” cuenta con un amplio catálogo de propuestas tanto estandarizadas como personalizadas. “Me gusta mucho charlar con la gente y colaborar en la organización. Creo que las personas se van contentas”, dijo.

Si bien su propósito principal radica en que se trata de su fuente de trabajo e ingresos, el contacto con las mamás primerizas y todo el proceso de acompañamiento es algo que disfruta mucho. “Trato de ayudar a que elijan bien los productos que van a usar, como así también de brindar una propuesta amplia que vaya más allá de una bolsa de golosinas”, sostuvo.

Además, es consciente de que las costumbres cambiaron y mientras que antes un solo banderín con la leyenda “Feliz cumpleaños” podía ser usado varios años, en la actualidad no ocurre lo mismo. “Hoy en día los nenes quieren su cumple de su personaje favorito, que al otro año no es el mismo y nadie guarda las cosas. Por eso me involucro, para que no compren de más”, resaltó. 

“A los productos los divido en dos categorías”

Con esas palabras, Marilina explicó lo que su emprendimiento ofrece: “Por un lado, los eventos que son cumpleaños, comuniones, recibidas, entre otros, para lo que hago todo lo que es papelería: banderines, invitaciones, cajas para pochoclos, suvenires, libros para pintar, calendarios, imanes, piñatas, invitaciones digitales. Y, por otro lado, trabajo con emprendedores, más que nada en todo lo necesario para su packaging, tarjetas o stickers”, explicó.

Y, siguiendo esa línea, agregó: “También para fechas especiales, como Día del Padre, la Madre o el Niño, ofrezco una propuesta que se puede incluir en cualquier emprendimiento. Mis principales clientes son pasteleras, pero también tengo quienes venden ropa, velas o jabones”.

Respecto del nombre, la joven madre de dos niños recordó que primero había pensado llamarlo “Almacén de fiestas”, y después “estuve viendo películas con mi nene, como la que se llama “Mi vecino Totoro”, y un día me levanté y dije: “Le voy a poner ‘Totoro´”. Me gustó como sonaba, así que quedó”. 

A Marilina siempre le gustó trabajar con las manos. De hecho, de pequeña se recuerda pintando o haciendo manualidades. “Soy muy prolija. Y para esto empecé haciendo cursos en internet sobre diseño gráfico, desde práctica hasta teoría, y mi idea es hacer la carrera en algún momento. Hice y sigo haciendo distintas formaciones”, afirmó. 

Con la certeza de haber encontrado algo que disfruta y en lo que puede desplegar su creatividad, proyecta a “Totoro” como una propuesta focalizada en eventos, con un catálogo más amplio y un asesoramiento que incluya ambientaciones, “algo que me gusta mucho, por mi experiencia”, finalizó. Quienes deseen conocer más sobre los trabajos, las propuestas y la responsabilidad con la que Marilina Rojas desarrolla la papelería creativa, se puede visitar su Instagram.