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Bien sabido es que toda expresión literaria ofrece una ventana a diferentes realidades y perspectivas, lo que otorga la posibilidad de ampliar nuestra comprensión del universo que nos rodea. En ese marco, el escritor que conoceremos en esta ocasión le da rienda suelta a su arte y nos invita a desarrollar la imaginación y la creatividad, y a reflexionar sobre los propios valores, vidas y creencias.
Nicolás Olaya Simioni utiliza la introspección, la observación y la escritura, como herramientas de exploración de la condición humana en su totalidad. Si bien recién en octubre del año pasado publicó un relato por primera vez, los resultados forman parte de un recorrido que integra unos 15 años de distintas vivencias, que lo llevaron a tener que reconectar con su esencia.
“Mis primeros intentos de escritura fueron más o menos en el 2008 o 2009. En ese momento, estaba en una época en la que me sentía incapacitado para manejar las propias emociones. Todo lo que escribía para mí era basura. Así que lo releía y lo eliminaba. Pensaba que no servía para nada. Así fueron pasando los años y peleaba con eso, porque adentro de mi cabeza estaba la idea de que escribir no era un trabajo real. No me permitía disfrutarlo ni como un pasatiempo”, comenzó el escritor.
De la mano de una terapia psicológica, fue que pudo cambiar todo aquello que no coincidía con lo que quería para su vida. “Me llevó mucho tiempo dar ese paso. Ahí me di cuenta de que tenía que transitar el dolor y lograr hacer algo con eso. Entonces pude entenderme más, verme con más cariño y tratarme mejor. Quería amigarme con todo lo que me gustaba y deseaba”, recordó.
Luego de un año de sesiones, una amiga le compartió una publicación sobre una editorial que impulsaba una convocatoria de cuentos. “Como tenía un relato escrito, lo mandé y pude publicar tres en esa antología. Así empecé. Ahora me encuentro publicando con distintas editoriales, compartiendo mis cosas en Instagram, participando de concursos y escribiendo una novela. Son cosas que hace un par de años para mí hubieran sido impensadas”, dijo.
La literatura siempre estuvo en su vida. Cuando tenía unos dos o tres años, su mamá le leía desde cuentos para chicos hasta enciclopedias. De hecho ella fue quien le enseñó a leer y a escribir. Durante la adolescencia, su curiosidad lo llevó a leer y a conocer libros más complejos; a pensar en la escritura como una opción y a soñar con que su nombre, alguna vez, apareciera en un libro.
“Si estás abierto a convertirte en un lector ávido podés aprender muchos conceptos de vida, de vínculos, de cómo atravesar etapas incluso. Si realmente prestás atención, podés leer el libro más sencillo del mundo y algo vas a encontrar. Cada vez encuentro más esta cuestión crítica de preguntarme con qué estadio del ser humano me encuentro en tal libro. Creo que un poco eso está relacionado con el tema de por qué escribo, por qué elijo contar esto, por qué elijo determinado tipo de trama. La literatura es realmente una visión del mundo y de uno mismo. Escribir también es un poco volver a la cuestión lúdica. A esa aventura de cuando era chico y compartía lecturas con mi mamá”, reflexionó.
Respecto a su desarrollo dentro del género cuento, lo definió como una consecuencia de la novela en la que actualmente trabaja. “Siempre me pensé más como novelista, pero me está gustando esto de escribir cuentos. Todo lo que viví me llevó a que esto sea así. Creo que la visión personal, los miedos, lo que uno considera inaceptable u horroroso, está presente en lo que se escribe”, explicó.
Nicolás lleva publicado tres cuentos en tres antologías, uno en otra y un onceavo que saldrá el próximo 20 de agosto. Es decir que, junto a Editorial Rubin y Petricor Ediciones, ha compartido unas 11 creaciones. “Lo más importante de todo esto, viene por el lado de vernos a nosotros mismos también. Me gustaría que quienes lean esto puedan permitirse trabajar ellos mismos e ir a terapia, si lo necesitan. En mi caso, escribir es el resultado de todo eso. El arte es terapia”, finalizó.
Los y las interesadas en conocer más sobre este autor bahiense, que a principios del año próximo planea presentar su primera novela, pueden seguirlo en Instagram.
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