La Asociación Israelita de Bahía Blanca este 2024 cumple 114 años. Con 260 grupos familiares asociados, impulsan distintas actividades educativas, religiosas, deportivas y culturales, en pos de difundir y afianzar el sentido de pertenencia de la comunidad.

La institución creada en 1911 tuvo por objetivo primario acercar la vida judía, a todas aquellas personas que llegaban a la región producto de la inmigración. “Esto se da, en forma cuantitativamente importante, a partir de 1889 con el vapor Wesser que fue a las colonias agrícolas en la provincia de Santa Fe, ‘Moises Ville’. Ahí comienzaron a crecer las colonias del interior. Bahía Blanca fue una de ellas”, comenzó el miembro de la Comisión Directiva, presidente de la filial local de la DAIA y del Consejo Federal DAIA a nivel nacional, Gabriel Anmuth.

Para entender las razones de la fundación de la Asociación es necesario destacar que la vida judía tiene una serie de acontecimientos: “Nacimiento, la circuncisión a los nenes a los ocho días, Bar Mitzvah, casamiento y la muerte. Es decir, el ritual vinculado a la vida judía termina con un entierro en un cementerio judío. La primera necesidad que surgió en esas comunidades fue en torno a Jebrá Kadisha. La motivación por poder cumplimentar la vida judía, se sostuvo alrededor de tener un cementerio judío y una sinagoga para la vida comunitaria. Así nacieron las primeras comunidades en todo el país”, explicó.

La vida judía es en comunidad. “Este es el contexto más amplio del sentido de la fundación de las comunidades en todo el país, desde Buenos Aires hasta cada una de las pequeñas ciudades: no hay vida judía sin una comunidad donde se pueda desarrollar. Ya sea en función de la educación, del departamento de asistencia social, de un movimiento juvenil, de la sinagoga o de los servicios religiosos, para lo que necesitás un mínimo de 10 personas”, detalló.

Colectividad presente

Entre las actividades que desarrollan está la escuela que cuenta con tres niveles, de los que el fuerte está en el inicial, instancia para la que abrieron una nueva sala. “Es una escuela complementaria a la que los chicos asisten después de la escuela oficial. Luego tenemos culto, servicio religioso y para las santas fiestas”, contó el vicepresidente de la Asociación Israelita Bahía Blanca, Martín Izcovich.

“La conservación de una tradición está vinculada a la educación. La educación tiene que tener como objetivo la valoración y resignificación constante de nuestras tradiciones para, de esa forma, comprenderlas y quererlas. Entonces, en el fondo, la conservación de una tradición es parte del proceso de la educación judía”, detalló Gabriel, en diálogo con El Digital de Bahía.

La institución también cuenta con un área deportiva donde hay fútbol, vóley y básquet; un grupo de jóvenes; actividades de educación no formal, los días sábados, durante las que se trabajan contenidos tradicionales y contemporáneos; asistencia a campamentos a nivel nacional; un grupo del baile tradicional llamado ‘Rikudim’; el cementerio; un departamento de asistencia social; farmacia y ropero comunitario, entre otros. Asimismo, este 2024, tienen la intención de abrir clases de hebreo.

Por su parte, para Martín, la mejor forma en que una tradición es conservada tiene que ver con lo colectivo. “Con otros. Y con otros, en la comunidad judía, lo vivo más desde un sentido de pertenencia vinculado a lo familiar, y no solo a la familia progenitora sino en el sentido más amplio. Hemos identificado que la gente cuando asiste a la institución se siente un poco en casa y eso es algo muy bueno. A través de la Asociación considero que mantenemos tradiciones con otros e intrageneracionalmente hablando”, finalizó.

Cabe destacar que el edificio comunitario donde se encuentran la escuela y el gimnasio, se ubica en Lavalle 54, mientras que la sinagoga, en España 42. Para más información o contacto, los y las interesadas los pueden seguir en Instagram.