Por Lucía Argemi, para la Cooperativa de Trabajo EcoMedios

‘Bahía BARF’ es una revolución nutritiva que surgió de un maullido. Con la intención de ofrecer una nutrición completa y balanceada, el proyecto local se inspira en los instintos más puros de los gatos.

Un gato con energía, un pelaje brillante y una digestión saludable es el sueño de todo dueño. Sin embargo, muchos felinos sufren de problemas como alergias, sobrepeso u otros trastornos digestivos, que muchas veces se asocian a condiciones inevitables, cuando en realidad podrían estar relacionados con su alimentación. La dieta BARF, o Alimentación Cruda Biológicamente Apropiada, ofrece una alternativa natural que imita la dieta ancestral de los michis y mejora significativamente su calidad de vida.

“Empecé a venderla en abril o mayo del año pasado. Pero comencé a cocinarla hace unos seis años, luego de que mi gato tuviera problemas urinarios después de que lo castraran. Lo llevé a la veterinaria, lo destaparon y le recomendaron un alimento de una marca conocida. La idea era darle uno de tratamiento un par de meses, y esa misma marca tiene otra línea de mantenimiento. Cuando empezó a comer este último se volvió a tapar. Así que investigué y desde que se alimenta con comida BARF nunca volvió a tener problemas urinarios”, explicó el impulsor del emprendimiento, Julián Martínez Cantariño.

El compañero de Antares y Tarsila, también es músico y docente. “En 2023 tuve situaciones complicadas en una escuela, que implicó ver chicos en malas condiciones, y decidí renunciar. Con un poco más de tiempo, empecé a difundir las recetas, y lo que cocinaba para mis gatos, y la gente en lugar de pedirme asesoramiento me pedía que se las vendiera.  Así que empecé de esa manera”, recordó.

Vitalidad en cada bocado

La comida tiene determinados porcentajes aproximados de huesos carnosos, carne, vísceras y frutas o verduras. Estos ingredientes también sirven para mantenerlos hidratados. Además utiliza huevos crudos y suplementos varios que van rotando como, por ejemplo, pescado, maca y espirulina en polvo, levadura de cerveza y aceite de oliva. Con eso, y dependiendo del peso del gato y el nivel de actividad, arma raciones diarias que, previo a consumirlas, deben tener 72 hs. de freezer.

“Es un beneficio asegurado. Lo primero en lo que te das cuenta, es en el tamaño y color de las cacas y en el consumo de agua, que al principio casi no toman más. La carne cruda tiene mucho líquido, por ejemplo. Por otro lado, baja el mal aliento y el olor de la caca, por lo que las piedritas duran más, y mejora pelaje y el ánimo del gato. Verlos bien y felices me motivó a emprender”, contó.

El proyecto que crece día a día, espera llegar a más familias en pos del bienestar de los integrantes peludos y de cuatro patas. “Me gustaría difundirlo más. En mis redes compartí algunas recetas pero están medio viejas. Hoy el proceso de elaboración es distinto. Incluso quienes quieran hacerlo en sus casas me pueden consultar. No tengo drama en pasar la receta, compartir y ayudar”, finalizó.

Los y las interesadas en conocer más y, o contactar a Julián pueden visitar el Instagram de ‘Bahía BARF’ o el suyo personal.