La escritura siempre estuvo en la vida de Leticia Lozano, como una aliada desde la que pudo reflejar su creatividad, diversidad y evolución, y conectar con otras artes.

Durante la infancia, sus primeras producciones fueron los cuentos. Después, a los 10 años, jugaba con una vecina a que se mandaban cartas que compartían por debajo de las puertas de sus casas. En la adolescencia escribía un diario, pero no con confesiones o secretos, sino con la idea de que había un o una lectora dispuesto o dispuesta a conocer su percepción del mundo. Luego, se mudó a La Plata donde estudió la licenciatura y el profesorado en Comunicación Social.

“En esa etapa, la escritura se fue más al lado periodístico. Lo que más disfruté fue la crónica literaria e hice el profesorado y conecté mucho con los espacios de educación no formal. También creamos varios proyectos con unas amigas, pero el más importante para mí fue ‘La Culturosa’ que era una revista de periodismo cultural, que empezó siendo digital y luego hicimos algunas impresiones. Lo sostuvimos un par de años”, comenzó.

Más tarde, se metió de lleno en la redacción periodística cultural, por lo que hacía notas para un medio platense llamado ‘Diario Hoy’. Asimismo, se formó en una carrera de posgrado, en lo que hoy es la Universidad Nacional de las Artes (UNA), llamada Difusión y Crítica de las Artes. Hasta ese momento, la poesía ni había asomado en su vida. Se ve que estaba esperando a presentarse en el viaje que emprendió un tiempo después.

“Un día me hice cargo de que estaba escribiendo poemas y ahí fue como un quiebre en mi vida. Viajé, no volví más, y junto a esa transformación el poema apareció como un aliado, donde me podía sentir totalmente libre de no tener que ser coherente o de tener una base social que fundamentara todo. A partir de ahí me autoedité un montón de libritos y fanzines, y publiqué en algunas revistas”, recordó.  

Motor para crear

A Leticia le gusta el libro objeto, armado con lo que se tenga a mano para que sea la palabra la que impacte con su propio peso. Y a esto pudo experimentarlo cuando se mudó a San Luis y editó algunas obras, de forma colectiva con la editorial ‘El Rucu’. Su publicación se llama ‘Comisuras’. También, hace poco, empezó a dibujar más y armó un libro pensado para las infancias: ‘El cuento de Chimpachi’.

“Siempre estuvo activa la escritura de alguna manera. Cuando llegué a Bahía me gustó la idea de hacer intervenciones. A veces, muy anónimas. Me gusta ese juego de ‘La muerte del autor’. Así que dejaba poemas colgados en los árboles o por debajo de las puertas de casas al azar, a modo de cartas. En la casa donde estamos ahora hice una instalación poética. La poesía se volvió una performance y, de a poco, apareció el recitar, el ponerme en cuerpo y en voz”, dijo.

Si bien le cuesta etiquetarse hoy siente que puede animarse a decir que es poeta y que la poesía y su lenguaje poético, le favorecieron la llegada a la música, los videos, el mundo de las cajitas lambe lambe, que son títeres en miniatura; en fin, a muchas disciplinas que le permiten mirar y vivir la vida de otra manera.

“Encuentro el sentido mirándola así, porque se me hace rica. También me encontré escribiendo letras de canciones o que poemas míos se usen para canciones, y me pareció un viaje re interesante. La búsqueda sigue siendo para mí, para expresarme desde la autenticidad. Escribo porque lo necesito, se me sale para afuera y no lo puedo evitar. Escribir es parte de mi ser”, aseguró.

El arte de la escritura llegó a su vida desde muy temprana edad, por lo que no se imagina cómo sería no hacerlo. “Creo que de todas las cosas que cambié en mi vida fue lo que siempre estuvo. Es algo que me ordena y puedo expresarme de miles de maneras, pero la escritura es la que más me acomoda mi mundo interno. Es una parte mía que disfruto y conozco mucho. La literatura es entrar en mundos de otres, lo que me genera libertad de posibilidades”, finalizó.

‘Leti’ forma parte de la organización de los torneos de poesía escénica Slam, que se realizan en el Café Cultural ‘Don Osvaldo’, Lamadrid 544. Quienes quieran saber más sobre esto, consultarle sobre la próxima edición que será el domingo 2 de junio a las 21:30 hs., o conocer más sobre su obra, pueden comunicarse vía Instagram.