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La escritora que conoceremos en esta oportunidad nos invita a recordar que no hay una sola manera de escribir, ni de encarar un proyecto literario. Desde una mirada que no se limita al talento, o a una corrección arbitraria y estricta, reconoce a la escritura como un trabajo colectivo.
Al igual que varios y varias escritoras y escritores, “siempre me interesó mucho la literatura y el uso del lenguaje. Creo que ahora, de grande, puedo reflexionar al respecto y decir que el lenguaje siempre fue un lugar, un espacio, con el que pude construirme subjetividad, en edades tan importantes como la niñez y la adolescencia; y fue mi mejor herramienta para vivir”, comenzó, la profesora en Letras, Florensia Forte.
En ese sentido, el lenguaje también fue algo que la sostuvo: “Luego, cuando empecé la carrera, lo pensé desde un lugar profesional. Si bien escribía desde muy chica, sabía que se trataba de algo de lo que quizás no podría vivir, pero sí me permitiría vivir en él, como una vez escuché que dijo un colega. Después vino el trabajo con el libro y pude meterme en un proyecto literario poético”, dijo, en diálogo con El Digital de Bahía.
El trabajo con la escritura “es complejo en la medida en que es muy difícil que sea reconocido, sobre todo para quienes nos movemos en los circuitos de autogestión, independientes y de poesía, que son más reducidos”. Por eso, desde ese lugar, “me cuesta pensar en una trayectoria literaria, porque me siento muy pequeña”, afirmó.
Su creación
El libro de la autora, que es el primero que publica, se llama ‘Este frío no es un frío en serio’, y está creado en base a relatos de otros y otras, y a cosas que vio, pensó, inventó y unió. “Es un proyecto que tiene en total cinco años de trabajo. Soy una persona a la que le gusta mucho corregirse, desde un lugar agradable, porque todo texto puede ser perfectible, mejorable”, detalló.
Y, siguiendo esa línea, agregó: “Es un libro que no tiene que ver conmigo. Hice un trabajo, que me enseñaron, que implica distanciarme del proyecto: este texto no habla de mí, ni soy yo. Desde ahí podía corregir lo que fuera, sin sentir algo negativo, para encontrar la mejor versión de lo que quería decir. También tiene que ver con una concepción del trabajo y modo de producción de escritura. No quiero que sea similar a lo del mercado. Elijo circular en editoriales independientes”.
Escrito desde la poesía en prosa, por el trabajo que tiene con el ritmo, la cadencia y la sonoridad, está dividido en tres secciones, y cada una termina con poemas en verso. “Una vez escuché a un escritor decir que la poesía no eran oraciones cortadas, sino que tenía que haber un trabajo con el ritmo. Desde ahí me propuse volver a escribir en prosa, y trabajar el ritmo dentro de ella, para cuando vaya al verso otra vez regrese distinto. No sé si está logrado, pero trata de traducir esa búsqueda dentro del trabajo”, contó.
Reflexiones del proceso
La escritura está muy ligada a la subjetividad, “y, muchas veces, lo veo un poco en las aulas o en talleres de escritura, suele haber una sensación de cierto dolor o humillación en quien que te sugiere una corrección. Hay una concepción más romántica de la escritura y la poesía que está muy ligada al talento de la persona. Creo que esa es otra manera de escribir, y ante eso me sirvió utilizar la herramienta de distanciarme. Mi poesía es un trabajo que puedo mejorar, porque no se trata de algo creado en solitario; en realidad es muy colectivo”, sostuvo.
Respecto a la literatura, reconoció que significó varias cosas, en diferentes momentos. “La considero algo material. Creo en el lenguaje como un hecho: algo que acontece frente a mí, desde el momento en que lo escucho o lo veo. Hoy significa un espacio de trabajo, de profesión; y escribo para poder dormir de noche y por todas las posibilidades que brinda la literatura de pensar en mundos posibles. Me parece un espacio de trabajo cultural precioso, que abre oportunidades y es transformador”, resaltó.
A nivel local, durante los últimos años, en dichas áreas “se ha abierto un campo un poco más grande de editoriales autogestionadas, alternativas, y eso habla del deseo y la proyección de muchos y muchas trabajadores y trabajadoras de la cultura. Que puedan sostenerse y mantenerse editoriales y ferias, que ya tienen una gran trayectoria, está muy bueno”, expresó.
Para finalizar, manifestó que, a futuro, seguirá con su proyecto ‘Ramona’, “que en principio surgió con la idea de ser una editorial autogestionada, que brinda talleres para poder financiar futuros libros, que espero poder mantener y dejarlo que mute”. Además, y como becaria de la UNS, “estoy haciendo un doctorado, porque quería otro tipo de trabajo, al que combino con la docencia. Estoy muy contenta con poder desplegarme ahí. Me veo continuando esa búsqueda”.
Quienes quieran leer el libro de Florensia Forte, ‘Este frío no es un frío en serio’, pueden adquirirlo a través de la editorial Hemisferio Derecho, o en la librería ‘La Masmédula’, Alsina 155, local 22; y los interesados e interesadas en saber más sobre la escritora pueden visitar su Instagram.
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